Se trata de Gabriel Gómiz, quien salió ileso al protagonizar un accidente ocurrido en una grieta en Bariloche.
El hecho ocurrió el pasado domingo, cuando los andinistas estaban haciendo una travesía sobre el glaciar cercano al refugio Otto Meiling y tres cayeron en una grieta. Fueron trasladados en helicóptero hasta el varadero de Parques Nacionales y luego al hospital.
Alrededor de las 14 hs, cinco rescatistas de la Comisión de Auxilio del Club Andino Bariloche y uno del Parque Nacional Nahuel Huapi viajaron en un helicóptero del Sistema Federal del Manejo del Fuego hasta el lugar para socorrer a los andinistas, dos de los cuales sufrieron fracturas en las piernas, informó www.bariloche2000.com.ar
Los turistas habían emprendido una travesía desde el refugio Meiling hacia la cumbre del cerro, y en la zona conocida como filo La Vieja, el primer andinista resbaló y arrastró con la cuerda a sus dos acompañantes. El cuarto pudo mantenerse sobre suelo firme y pidió auxilio con el equipo de comunicación.
Por tratarse de un sector complicado, el helicóptero pudo aterrizar lejos del lugar y los rescatistas debieron hacer un tramo caminando. Luego de inmovilizarlos, los subieron a la aeronave y minutos después de las 17 hs llegaron al varadero de Parques Nacionales, donde los esperaban las ambulancias que luego los trasladaron hacia el hospital zona.
El andinista Juan Pablo Barone fue quien quedó afuera de la grieta y explicó a Noticiero Seis cómo fue el momento del accidente. “Veníamos bajando del filo La Vieja hacia la depresión y lamentablemente uno pasó de largo, no lo pudimos detener y fuimos a parar a una grieta” dijo.
“Yo era último de cuerda, pude quedar afuera y ayudar a los que estaban adentro. Por suerte estábamos agarrados” sostuvo.
Barone dijo que en veces anteriores vivió accidentes de montaña pero “no tan ásperos”. Por suerte tenía su VHF en la mochila para pedir ayuda. “Es imposible dejarlo” manifestó. Agradeció a los rescatistas de la CAX porque “sin ellos no estamos acá”.
El jefe de la CAX, Martín Raffo advirtió que “en Tronador y en la zona de glaciares hay que tener mucho recaudo y hacer un chequeo de seguridad mucho más grande porque el margen tiene que ser nulo para el accidente”.
“Haber contado con el helicóptero fue la gran diferencia porque sino a las 5 ó 6 de la mañana íbamos a estar tratando de ver cómo salir del lugar” valoró.
“Para el tipo de accidente que tuvieron los chicos, fue una desgracia con suerte” manifestó Raffo. “Quizás algún error o algo existió pero no fue la principal razón del accidente. Estaban con todo el equipo necesario para tratar de resolver la situación lo mejor posible: una radio para comunicarse con el guardaparque y los primeros auxilios” destacó.
