El presidente del bloque PRO en la Cámara de Diputados analizó las negociaciones de la Ley Bases y apuntó contra algunos referentes de la oposición por su falta de coherencia. Reflexionó sobre la posibilidad de una fusión con LLA y el desafío de reconstruir la identidad del partido fundado por Mauricio Macri
Cristian Ritondo observó con cierto malestar el trámite de la Ley Bases en el Senado. Para el jefe del bloque PRO, algunos referentes de la oposición se comportaron de forma desleal con el Gobierno y fueron funcionales a la estrategia del kirchnerismo que, según su visión, busca “desestabilizar al gobierno para que Milei no termine la presidencia”.
“Yo no me banco la hipocresía de los que dicen una cosa en la televisión y hacen otra en el recinto. Dime con quién votas y te diré quién eres”, plantea el aspirante a conducir el PRO en la provincia de Buenos Aires en referencia a la UCR y el bloque de Miguel Ángel Pichetto.
En una larga entrevista con Infobae, Ritondo también reconoció que ve con preocupación la sangría continua de funcionarios que padece el Gobierno y remarca que ahora que tiene las “herramientas” (DNU y Ley Bases) van a tener que “mostrar cómo funciona el equipo”.
Tratando de evitar definiciones anticipadas de cara a las elecciones del año que viene, el hombre fuerte del macrismo en la Cámara de Diputados se diferencia de Patricia Bullrich y Diego Valenzuela, que impulsan la fusión con LLA y da algunas señales sobre una eventual candidatura de Mauricio Macri. También asegura que no existe el “mileismo”. “Hay una idea de cambio que puede estar representada por una o dos fuerzas”, sintetizó.
-¿Cuál es su primer balance respecto a la sanción de la sanción de ley Bases? Se terminó un largo recorrido.
-Un primer paso es que salió. Después creo que hay cosas que tocó el Senado que a mí me hubiese gustado que queden como estaban. El RIGI hay muchos que no lo terminan de comprender. Es una oportunidad para la Argentina. Las inversiones programadas vendrán, pero esto podría ampliar mucho la posibilidad de inversión en la Argentina. Hay grandes chances en muchos rubros. Es una gran posibilidad para que en la Argentina se invierta y haya trabajo de calidad. No es solamente en Vaca Muerta, que necesita mucha inversión. También en gas licuado y minería. Con Bienes Personales tampoco entienden (el rechazo). Cuando en el pasado aumentamos Bienes Personales el resultado que tuvimos es que empezamos a recaudar menos porque quienes más pagaban se fueron a Uruguay. Es volver a insistir con una Argentina que ya mostró a dónde va. El populismo está muy arraigado cuando se trata de impuestos progresivos. Hacen populismo al sacar Ganancias, y después pelean Bienes Personales.
-¿Cuál es el tenor de la victoria política del Gobierno, después de seis meses de negociaciones y el desguace del proyecto en las negociaciones con la oposición?
-Teniendo la cantidad de diputados y senadores que tienen, con la calle con un circo montado por sectores de izquierda y el kirchnerismo tratando de parar la sesión, me parece que es un triunfo. Hay muchos temas que son importantes y que le dan una fortaleza al Gobierno para poder trabajar. Seguro que hay que sacar más leyes. Va a ir avanzando el Gobierno, consolidando una metodología donde van a tener que lograr consenso. No es una escribanía porque no está el número. Va a tener que lograr consensos. Es importante eso en Diputados. Yo lo que repito es que los que fuimos por el cambio, cuando hay leyes que están bien, que son del cambio y que nos comprometidos en la campaña, hay que acompañarlas.
-¿Le sorprendió que hayan sacado la privatización de Aerolíneas Argentinas y la moratoria jubilatoria? ¿Fue una buena estrategia?
-No sé si fue una buena estrategia. La ley, es la ley posible. No tiene los votos. A la extorsión de algunos sectores, tuvo que ceder. Es increíble la polítca Argentina. Siguen insistiendo con una Argentina que nos llevó a un 50% de pobreza. En nuestro Gobierno no tuvimos la potencia para poder privatizar pero pudimos reducir de USD 7000 millones de déficit a USD 1500. Y Alberto se ocupó de que vuelva al mismo lugar.
-Usted estuvo desde el comienzo de las negociaciones en el Congreso. ¿Qué es lo que más le costó al Gobierno para conseguir el consenso?
-El error del principio es la tozudez de que es así o nada. La segunda etapa, cuando salió la ley en Diputados, hubo un gran laburo del Presidente de la Cámara (Martín Menem), de Guillermo Francos y Santiago Caputo. Encontraron la forma de trabajar. En el Senado se jugó a la pelotita. Podría haber salido antes. Demoró el tratamiento. La idea de que el 25 de mayo el Presidente no tuviera la foto, primó mas que sacar la ley.
-¿El radicalismo fue el que jugó políticamente para demorar el tratamiento?
-No sé. Lo único que sé es que el presidente del radicalismo (Martín Lousteau) votó a la inversa de lo que votó su bloque, donde primó la racionalidad.
-¿Le llama la atención que Martín Lousteau tenga una postura y su bloque otra?
-Me extraña que el presidente del partido vote en contra de su bloque. Eso no lo vi nunca. Que un bloque vote en contra de dictamente del presidente de su partido. Muy raro. No recuerdo algo así.
-¿Qué ve en el accionar del radicalismo? ¿Es un partido fracturado o ahora está ordenado?
-No soy quién para meterme en la interna del radicalismo. Pero ellos y nosotros hicimos Juntos por el Cambio porque veníamos por el cambio, no porque queríamos estar juntos. Tenía que ser más cambio que juntos. El PRO vino a la política argentina para hacer un cambio. Y hubo un cambio serio. La capacidad de gestión es uno de los valores que tenemos y compartimos en Juntos por el Cambio. Pero el cambio tiene que ser más profundo que juntos. No hay ninguna duda de que cuando vos renunciás al cambio eso es no acompañar a la sociedad y no entender que pasó el año pasado en la Argentina. Nosotros propusimos un cambio. Pero hay alguien que propuso un cambio más fuerte que el de nosotros, lo explicó mejor y nos ganó. Todo lo que está en línea con lo que nosotros pensamos, hay que acompañarlo. Nosotros no somos gobierno ni cogobierno. Creemos que ese es el camino.
-¿Cómo hace el PRO para no perder la bandera del cambio, frente a un partido que los “comunicó mejor”?
-Nuestro lugar tiene que ser el que tuvo siempre el PRO. El respeto por las instituciones y la república. Milei y los libertarios están con VOX. Nosotros somos el Partido Popular en España, para marcar una pequeña diferencia. Mauricio tiene una relación muy conocida con Emmanuel Macron, pero también es un vínculo del PRO. Javier tiene más relación con el espacio de Marine Le Pen. Tenemos diferencias en el ámbito internacional. Mauricio asumió y la Corte le dijo que debía 15 mil millones de jubilaciones y fue la pagó.
-¿Los libertarios tienen problemas con la división de poderes y el respeto a las instituciones?
-No sé si ellos tienen ese problema. Nosotros, como PRO, son las banderas que tenemos. Coincidimos en las ideas de cómo resolver cuestiones de la macroeconomía, en un Estado que debe dar respuestas y ser eficiente. Entendemos que debe haber equilibrio fiscal para bajar la inflación. Nosotros asumimos y a los pocos días nos cuestionaban porque no habíamos sacado el cepo y sacamos el cepo. Las cosas que tienen que ver con el cambio y están bien, hay que apoyarlas. Después nuestra identidad, hoy con Mauricio como presidente del partido, con los tres gobernadores y los intendentes, debemos mostrar la idea con capacidad de gestión.
-¿Hay un problema de gestión en el Gobierno?
-Hay que empezar a evaluarlo ahora, con la ley Bases aprobada.
-Es decir, que no hay más excusas
-No digo que tengan excusas. Pero pidieron herramientas en campaña para gobernar y esas herramientas no las tenía. Con el DNU y la ley Bases tenés herramientas. Ahora se va a mostrar cómo puede funcionar el equipo. Porque hasta ahora te podían decir que querían cerrar o privatizar algo, y la ley no lo habilitaba y no lo podían hacer. Había cosas que lo condicionaban.
-Suele decir que no son cogobierno. Y ahora dijo que deben recuperar la identidad en el PRO. ¿El electorado que representan ustedes no se terminó mimetizando con el de La Libertad Avanza?
-Nuestro electorado votó el cambio. Y el terror al fantasma, que es el kirchnerismo, lo ve. En la calle nos dicen que ayudemos al Presidente. Lo ves en la figura de Mauricio. Falta mucho para cualquier discusión de estas. Nosotros no salimos a diferenciarnos. Mantenemos nuestra identidad del PRO haciendo las cosas que tenemos que hacer. Y sin dudas en el Congreso se demostró que defendemos las leyes, ponemos la cara y lo hacemos porque lo sentimos.
-¿Hay que pensar en una lista del PRO el año que viene? En paralelo a la de La Libertad Avanza.
-Falta muchísimo para la estrategia electoral. Puede haber una lista del PRO y una de la Libertad Avanza , o puede haber un frente electoral.
-Es decir, un frente en el que el PRO y LLA convivan bajo el mismo techo.
-Puede haber un frente como puede no haberlo. O puede haber dos listas.
-¿De qué depende?
-En todo acuerdo eletoral se fijan un montón de pautas, Que van desde la política internacional hasta la política social. No depende solo de voluntades. Nosotros estamos mostrando la voluntad de acompañar poniendo el cuerpo. Un año antes de la elección ya había gente que se peleaba por los ministerios en nuestro espacio y decían que el que ganaba las PASO del PRO era el presidente. Y salimos terceros. Hay que ir con calma.
-Además de haber adelantado adelantar esa discusión, ¿qué otra autocrítica hace sobre el resultado final que tuvo el PRO en las últimas elecciones?
-Cuando no te votan es porque dejaste de representar algo. Y nosotros dejamos de representar el cambio, las ideas de la modernidad. Nos pasó a todos, no solo a los candidatos. Pasó algo en la sociedad que no vimos o que vimos tarde. Y hubo alguien que representó el cambio más que nosotros. Y que se mostró como la alternativa al kirchnerismo.
-¿Ve una reconfiguración del escenario político? ¿Un escenario polarizado entre Milei o anti Milei, tal como piensa el peronismo?
-En la Argentina el miedo a que vuelva el kirchnerismo es mucho más fuerte que el antimileismo. El daño que produjo en la Argentina el populismo en estos años dejó una marca del 50% de pobreza, una inflación a un punto por día y el Banco Central con reservas negativas.
-¿Para usted entonces es más fuerte el rechazo a un regreso del kirchnerismo que la conformación de un electorado anti Milei?
-Sin dudas. No veo mileismo. Veo una fuerza del cambio profunda. Hay quienes votaron a Milei porque le gustaba. Y eso es lo que sacó en la primera vuelta. Y después están los que pelean por el cambio, que son votos nuestros, y que recomponen una idea de país hacia adelante. No hay un mileismo. Hay una idea de cambio que puede estar representada por una o dos fuerzas. Así como el kirchnerismo puede ir dividido. No sé que va a pasar con los gobernadores peronistas, si van a acompañar otra vez la locura del kirchnerismo. O en este caso irán lidiando con la representación para tener un nuevo liderazgo. Porque las elecciones de medio término a la oposición le sirven para el nacimiento de liderazgos. Porque hoy no lo tiene, salvo Cristina Fernández de Kirchner.
-¿Al oficialismo le sirve tener a Cristina Kirchner en la otra punta del ring y confrontar?
-Esa cosas son momentáneas. En algún momento pensaron que a nosotros nos venía bien y nos vino bien en la elección intermedia. Pero en la elección final no fue así. Cada elección tiene una estrategia electoral única. Por eso es difícil discutir qué vamos a hacer el año que viene. Falta mucho tiempo. Pueden pasar un montón de cosas en el país y en los partidos políticos. Puede partirse el peronismo, cosas que hoy no tenemos en agenda.
-¿Existe Juntos por el Cambio al día de hoy?
-No como existía. Hay Juntos por el Cambio en algunos lugares donde tenés un gobernador del PRO y un vice del radicalismo. Mendoza, Santa Fe, Chubut. Eso te da una combinación en los legisladores provinciales. Y lo tenés también en las intendencias. Tenés esas combinaciones que se mantienen en algunos lugares. Pero en el orden nacional no existe. Se puede ver en cómo votamos. El radicalismo terminó votando con el kirchnerismo.
-¿Qué fue lo que pasó? Porque fueron juntos a una elección hace seis meses. ¿Dónde está el argumento de la ruptura?
-Se puede ver en lo que hace el radicalismo en el Congreso. Nosotros sostenemos los 37 diputados votando para un solo lugar. Lo que decimos es lo que hacemos. Si nosotros creemos que hay que tener estabilidad fiscal, después no podemos decir: “Sáquen la plata de donde puedan, necesitamos un aumento más para los jubilados”. Dale la posibilidad al Gobierno que saque la ley de Bases, que vea cómo lo puede pagar y lo pague. No lo impongas vos y le hagas un agujero fiscal. Lo mismo pasa con el FONID y el sistema educativo. Si vos votás con el kirchnerismo y el kirchnerismo te aplaude cuando terminás tu discurso, algo mal estás haciendo.
-¿La media sanción del proyecto de movilidad jubilatoria usted lo ve con la misma lupa de Milei? Que es solo un proyecto para romper el Gobierno.
-Sí. Porque si no la herramienta es decirle que hay que pagarlo pero que se fije el Gobierno cómo lo debe pagar. Le transfiero la responsabilidad. Ese aumento en el global es mucho y en lo cotidiano es poco. Pero le imponés y no le sacás la ley Base. Es muy especulativo. ¿Hay guita para hacer esto? Es muy fácil plantear proyectos sin saber dónde están los recursos. Es populismo absoluto. Eso no lo puede hacer el Congreso. Las necesidades son ilimitadas y la caja y el dinero es limitado. No podés hacer lo que quieras. Hay que racionar. Votás algo con el kirchnerismo, que en cuatro años hizo perder el 34% del poder de compra de los jubilados y el 42% del ingreso real, y lo aplaudís. Algo se me pierde ahi.
-Pero justamente la identidad de los bloques del medio es que no están de acuerdo en todo con el Gobierno.
-Sí. Pero yo no me banco la hipocresía de los que dicen una cosa en la televisión y hacen otra en el recinto. Lo que vos decís es lo que vos tenés que hacer. No podés decir una cosa en los medios y hacer otra en el recinto. Dime con quién votas y te diré quién eres. El radicalismo y el bloque de Hacemos el otro día perjudicaron al Gobierno. No beneficiaron a los jubilados. Fue para perjudificar al Gobierno. Y está mal. Y está mal cuando van para atrás con las jubilaciones de privilegio. Las conductas hablan por los bloques. Para mí la palabra vale; lo que se dice, vale. No me puedo pavonear en todos los mediso diciendo que apoyo la ley de Bases, pero después se la desmenuzo toda.
-¿Hay un problema en la UCR y en Hacemos Coalición Federal, que los jefes de bloque no pueden hablar por sus bloques porque están muy dividos?
-Hacemos es un rejunte de diputados para ver cuántas comisiones se llevaban. Lo dijeron ellos. No hay concepción política igual, ni acción igual. El radicalismo tiene el mismo problema. Se ve en los votos. ¿Cuánto tienen en común López Murphy con los socialistas de Santa Fe? ¿Qué tiene común Facundo Manes con Karina Banfi? Votan cosas distintas. Se sostiene un número navegando en los diarios. Nosotros podemos tener diez mil cosas, pero logramos que los 37, que veniamos de una interna, voten unidos. Nos sentamos, votamos y no se nos va nadie. Es la unidad de una idea política. Y ayuda mucho que Mauricio haya retomado la presidencia del PRO.
-El Gobierno dijo que se intentó perpetrauar un golpe de Estado el día de la votación en el Senado. ¿Comparte esa mirada?
-Creo que las instituciones están fuertes. Hubo un grado de agresión tremenda. Las cosas que le tiraron a la Policía fue algo bestial. Estamos en un grado de locura y violencia.
-No es la primera vez que pasa. Usted lo vivió con la reforma previsional de Macri. Ese día los hechos de violencia fueron mucho peores. ¿No cree que haya una diferencia entre el golpe de Estado y estos hechos de violencia?
-Yo creo que las instituciones están muy fuertes y las fuerzas de seguridad actuaron como tenían que actuar. Eso es un logro institucional de la Argentina. La gente estaba muy agresiva pero no para hacer un golpe de Estado. Aprovechando esto el kirchnerismo intentó parar la sesión. Lo de siempre. Nos vamos afuera y hacemos el circo de siempre junto con la izquierda. Cada vez que hay una sesión que no les conviene, vuelven al mismo circo. No hubo un intento de golpe de Estado porque en la Argentina no hay posibilidad de golpe de Estado.
-¿No ve peligroso cultivar ese discurso que genera la idea de que se lo puede desestabilizar al Gobierno?
-Que no haya golpe de Estado es una cosa. Que haya un club del helicóptero es otra.
-¿Cree que funciona el club del helicóptero?
-Sí, absolutamente. Y el kirchnerismo, con los sectores de izquierda, están detrás. Hay que escuchar los discursos.
-¿En hechos concretos, qué es el club del helicóptero?
-Es generar desestabilización para que el Gobierno se vaya. Creo que hay grupos que están tratando de que Javier Milei no termine la presidencia.
-¿Y en ese lugar coloca al kirchnerismo?
-Sin dudas. Es la actitud del kirchnerismo. El kirchnerismo cree que cuanto peor, mejor. Y si el peor es que se vaya antes, mejor todavía. A eso apuesta el kirchnerismo.
-¿Le preocupa la sangría de funcionarios del Gobierno?
-Sí, porque genera condicionamientos para cualquiera que quiera aceptar un cargo. La idea es buena. La idea se transforma en gestión. Esto, en el movimiento que hay de funcionarios, es imposible.
-¿Dónde ve la falla? ¿Hay un problema de conducción?
-Debe ser muy difícil. A nosotros, con la experiencia de haber gobernado la ciudad 8 años y de tener intendentes, el día que ganamos la Nación y la provincia de Buenos Aires fue dificultosa la selección de funcionarios. Entonces, para un partido que hace dos años tenía dos diputados nacionales, que no pudo presentar listas en los 24 distritos, y llega a la Presidencia, es muy difícil. Me preocupa la cantidad de funcionarios que entran y salen porque la capacidad de gestion tiene que estar intacta. Tenés que sacar 4000 cuadros para la gestión nacional. Lo que me molesta es que haya tantos funcionarios kirchneristas en el Gobierno.
-¿Ese déficit no se podría cubrir con el PRO? ¿Por qué el Gobierno es recitente a hacer ese acuerdo?
-Yo estuve en la reunión donde se habló de eso. Milei dijo que tuvimos buenos funcionarios y que quería que muchos lo acompañen en el Gobierno. Mauricio dijo: “Eso hablémoslo después. Ahora hablemos de las elecciones y del compromiso de acompañarte”. Nosotros no somos cogobierno. No decidimos. Lo decide el Presidente. Él es el que decide quién entra y quién sale.
-¿No hay una intención del Gobierno de marcarle la cancha al PRO para no perder poder?
-Ellos ganaron la elección. Los eligieron para gobernar la Argentina. Y la responsabilidad es de ellos. Hay funcionarios nuestros en el Gobierno pero no es orgánico. No hay un acuerdo a la europea. Nosotros tenemos que hacer una autocrítica, evalaur por qué perdimos, ver cómo hacemos para representar a esos sectores, ver cómo rehacemos nuestra identidad.
-¿Cómo se rehace la identidad del partido?
-Volviendo a las fuentes. ¿Por qué muchos vinieron a la política y por qué fundamos el PRO hace 22 años? ¿Qué vinimos a cambiar?
-¿Cómo está su relación con Patricia Bullrich?
-No coincido con algo que dijo Patricia y es que el “PRO ya fue”. Para mí el PRO existe y tiene un bloque importante en el Congreso. Fundamos un partido en la ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires y la nación. Hay gobernadores que pertenecen al espacio. Una identidad que muestra la capacidad de gestión. Todo lo que hicimos, que fue un cambio profundo en la política, lo tenemos que recuperar. ¿Recuperarla con qué? ¿Qué sectors sociales representamos? Sectores de la clase media, jubilados, trabajadores, jóvenes. ¿A quién representamos? Bueno. Eso es lo que tenemos que volver a preguntarnos para recuperar la identidad. Es un desafío.
-¿Si en el PRO bonaerense seguía la conducción de Daniela Reich y Diego Valenzuela, línea Bullrich, el partido corría riesgo de entrar en una crisis?
-Decir que Valenzuela es de Patricia, es bastante mentiroso. Había una presidencia interina, después de la renuncia de Jorge Macri. Todos sabíamos que después del proceso de las elecciones, nos teníamos que encontrar con la realidad de la provincia de Buenos Aires y readecuar una nueva conducción. Y hay algunos que quieren atarse a la silla. Si no, no sería el 90% de los intendentes, el 90% de los senadores, los legisladores nacionales, los presidentes de bloques, los principales dirigentes, los candidatos a gobernador Diego Santilli y Néstor Grindetti. Los dirigentes del PRO de la provincia de Buenos Aires, queremos otro partido que nos represente. Hay gente, como Valenzuela, que pasa de ser del más larretista a ser el más mileista del conurbano, hace que le pierdas el respeto. Yo lo respeto porque es intendente del conurbano, donde lo votaron. Pero en lo político no podés pasar de un lado al otro. De ser un jefe de campaña de Rodríguez Larreta a decir que querés ser la cabeza de Milei en el conurbano. No soy yo. El tema es que el resto de los dirigentes e intendentes de la provincia de Buenos Aires hoy no lo respetan. Si querés hacer un encuentro con Milei, lo hacés. Pero institucionalmente el partido no lo discutió.
-Bullrich lo acusó de hacer un golpe de Estado interno en el PRO.
-No hay que banalizar el golpe de Estado, fue un dolor muy grande para los argentinos. Patricia sabía de esta decisión. A nadie lo tomó por sorpresa. Si de 19 asambleistas, 17 van par un lado y 2 para otro. No es golpe de Estado, es que se perdió consenso. No hay legitimación en la conducción. Si mañana viene la mitad más uno de los diputados, y me dicen que no soy más presidente de bloque, por más de que me eligieron por dos años, yo tengo que decir “no conduzco más esto”. Estamos hablando de una fuerza política, no de un Estado. Las fuerzas políticas se construyen desde el voto de los afiliados y desde el consenso de los dirigentes.
-¿La sociedad de Mauricio Macri con Bulrrich se rompió?
-Eso lo deben contestar ellos. Macri siempre fue el jefe, el líder del PRO. Patricia fue nuestra candidata. El PRO es Mauricio Macri.
-Entonces, jefe hay uno solo.
-Cuándo ustedes los periodistas escriben, ¿qué dicen? Nos dicen los “macristas”. “Cómo votaron los macristas”. No dicen cómo votaron los “bullrichistas”, ni los “ritondistas”, ni los “larretistas”. Nos dicen que somos el bloque macrista. Más claro que eso, imposible.
-¿Sería conveniente para el PRO que el año que viene Macri compita en las elecciones?
-No lo veo con voluntad para que lo haga. Si lo hace, lo voy a acompañar. Desde que dejó la presidencia, Mauricio tuvo siempre la idea de colocarse en un lugar distinto para que los demás crezcan y ayudar a que los demás crezcan. Renovación dirigentes, que tengan nuevas posibilidades. Lo veo en la misma tesitura. Siguiendo los temas de cerca, metido. Semanalmente tenemos una reunión con dirigentes y diputados. Está metido en la realidad de lo que pasa, en el trabajo diario. Sabe lo que le pasa a nuestros dirigentes. Si decidiera ser candidato, lo acompaño. (Infobae)