“Para mí el artista argentino siempre va a existir porque es indefectiblemente independiente y autogestivo. Siempre va a encontrar la forma de decir y hacer arte y siempre habrá quién lo escuche y apoye. Lo peligroso es el ataque a nuestras instituciones” dice María Moggia, quien se define como una obrera del teatro.
Es actriz, directora, docente y cantante. Originaria de General Daniel Cerri, a unos kilómetros de Bahía Blanca, Moggia es un claro ejemplo de cómo la pasión puede transformar un simple juego en una forma de vida.
Desde su infancia mostró una inclinación natural hacia el teatro, utilizando las festividades familiares y eventos escolares como escenarios para sus primeras direcciones. Con siete años ya estaba dirigiendo a sus compañeros en la escuela primaria para homenajear a sus maestras con pequeñas obras de teatro. Pero su interés por lo escénico se consolidó en la secundaria, cuando conoció a Elisardo Tunessi, un profesor que además de brindar clases de cívica en su escuela era actor y director de teatro”.
“Él tenía un grupo y una escuela que se llama Variette. Tunessi, conocido por su trabajo con la comunidad LGBTQ+ en los años 80, impartió a Moggia una formación integral en teatro, desde la expresión corporal hasta la vocalización, abriendo sus horizontes a una perspectiva más crítica y reflexiva sobre el arte dramático. Este encuentro fue un punto de inflexión crucial en su vida, revelando que el teatro era una carrera profesional que podía estudiarse y a la que una podía dedicar su vida.
Bahía Blanca se destaca por su tradición artística reflexiona Moggia. “Es una ciudad que tiene un conservatorio de música, una escuela provincial de teatro, una escuela provincial de danza, una escuela de artes visuales, escuelas de educación artística, tiene un teatro municipal, que es un Petit Colón, que es magnánimo, con un equipo técnico calificado a niveles de excelencia por todo aquel que va a trabajar allí. Tiene la orquesta sinfónica provincial, tiene el ballet provincial, el ballet del sur. La presencia artística estatal y oficial es muy fuerte y la escena independiente también.”
Moggia relata que en Bahía hace unos años se logró el Fondo Municipal de las Artes, que recauda dineros de los principales eventos de la ciudad a nivel entretenimiento y cultura para reinvertir en proyectos artísticos locales. “Siempre hay que salir a defender todas estas herramientas, que la misma comunidad artística local milita, da forma, trabaja y propone a su consejo deliberante” agrega.
El Festival Internacional
La ciudad no solo fue un semillero para Moggia, sino también el escenario para el Festival Internacional de Artes Escénicas Bahía Teatro, un proyecto que Moggia ayudó a crear junto a Juan Caputo en 2006 y que ya lleva diecinueve ediciones.
Este festival, que buscaba traer a artistas internacionales y locales a Bahía Blanca, se convirtió en una plataforma vital para la promoción del teatro independiente en la región. Su experiencia en el festival le brindó valiosas lecciones en gestión cultural y producción, y le permitió colaborar con una amplia gama de artistas y gestores culturales. “Éramos pibes de veinte años que lo que hacíamos era aunar nuestra capacidad de gestión con distintos ámbitos. Le pedíamos apoyo a la municipalidad, tanto en dinero como en algunos canjes”.
“Pero también íbamos a algunos restaurantes a canjear comidas por publicidad, a algunos hoteles a canjear por alojamiento. Hablábamos con embajadas, con algunos cónsules, con otras secretarías de cultura para gestionar o co-gestionar pasajes, traslados, calles y, por supuesto, todo lo que tenía que ver con las entradas de público, que eran a precios siempre muy populares. Con eso también financiábamos todo el festival. Nosotros nos poníamos en contacto con todas las salas de Bahía Blanca para que todas participen y tengan un espectáculo y sean las anfitrionas de esos elencos”.
“También se programaban elencos locales, se trabajaba con la Asociación Argentina de Actores, se trabajaba también con la Universidad Nacional del Sur, se articulaba con muchas instituciones. Y, por supuesto, los que menos percibíamos dinero de esto éramos nosotros, porque el ímpetu siempre era apostar a más. Hemos llegado a programar 150 artistas”
El festival se realiza todos los años en el mes de mayo. Hoy sigue bajo la dirección de Juan Manuel Caputo. Para alegría de Moggia, en los últimos años forma parte de la organización también, su sobrina, Julieta, quién ha decidido seguir sus pasos.
Cartas desde la cárcel
Actualmente, Moggia vive en Buenos Aires y se encuentra involucrada en “Y con esta luna, cartas desde la cárcel”, una obra documental biográfica sobre la vida de Charo Moreno, una amiga y colega que conoció durante sus años de formación como directora en la EMAD. La obra es un documental biográfico sobre la vida de Charo entre sus 18 y 28 años. Diez años en los que estuvo detenida como presa política en distintas cárceles argentinas, entre el 74 y el 84. Durante ese tiempo que pasó imposibilitada de su libertad, le escribió cartas a su madre. Más de cien cartas que hoy forman también un libro que fue publicado por Elemento Disruptivo. “Charo no quería golpes bajos, quería invocar la vitalidad y alegría de estas chicas que habían ido presas por creer en un mundo mejor, por militar por un país más justo y de eso dan cuenta sus cartas también”.
La obra que comenzaron a realizar en el 2014, recorrió todo el país y fue declarada de interés cultural. En 2018 por diversas razones dejaron de hacerla y hoy regresaron a la cartelera porteña. “El proceso de volver a ensayar la obra y decir esos textos fue muy fuerte, porque hoy tienen otra carnadura, otro poder sonoro, filosófico, otra conexión. Nosotras somos otras también y el contexto se nos antepone, con lo cual invocar a esa chica se nos puso muy de frente, a esa chica de 18 años que era Charo. Porque somos cuatro actrices en escena, pero somos un personaje colectivo”.
El elenco lo completan Carolina Hortiguela, Emilia Benitez y Mariela Lacuesta. La obra se puede ver todos los domingos a las 19hs en Área 623, Pasco 623, CABA. Las entradas se adquieren por Alternativa Teatral.
Enema Paradiso
Moggia ha retomado su pasión por el género varieté y café-concert, creando junto con Emilia Benítez y Fernando Quintana de Los Quintana “Enema paradiso”, ciclo varieté que se realiza en el Tano Cabrón. El ciclo le permite fusionar su amor por la irreverencia y la estética del music hall con la reflexión crítica contemporánea.
Después de la pandemia se vio sin posibilidades para meterse en un proyecto de ensayos largos, por el estilo de vida que se le configuró, en dónde empezó a primar la supervivencia económica. Fue así que antes de deprimirse, pensó en volver a su primer amor: el café concert. “Así que surge desde un lugar de necesidad creativa, de seguir activa. En estado de función. Me parece un espacio de encuentro con lo brutal, con lo incorrecto, con el error, con la fiesta, con lo desfachatado, lo cacofónico, un encuentro con la nostalgia, con el melodrama, con el otro”.
Moggia dirige el espectáculo y también actúa con su personaje María la del pueblo, basado en las divas clásicas del Café Concert y del show latino-español rock tanguero.
Cada fecha es única e irrepetible. Los ejes temáticos van variando. El próximo “Enema de terror: el regreso de los muertos vivos” será el 7 de septiembre a las 22 hs en el Tano Cabrón (Jean Jaures 715, CABA). Para enterarse de sus próximos shows pueden seguirlos en sus redes sociales (@enemaparadiso) (Página12)