Un 12 de agosto pero de 2000 fallecía a sus 54 años Alberto Pedro Beto Cabrera, una de las máximas leyendas del básquet bahiense y argentino.
Ídolo absoluto de su querido Estudiantes, club al que representó durante toda su carrera y donde cosechó nada menos que 18 títulos. Protagonizó los famosos clásicos contra Olimpo en la década del 60 y 70, época dorada para el básquet de nuestra ciudad.
Pero el legado de Beto trascendió la camiseta de su club y pasó a ser patrimonio de los seleccionados de Bahía, con los que conquistó 12 torneos provinciales y anotó 1156 puntos en 73 partidos. Es el jugador que más títulos ganó, más partidos jugó y más puntos anotó en la historia de la ciudad.
Conformó junto a sus amigos Lito Fruet y Polo De Lizaso la primera trilogía histórica de Bahía Blanca, logrando la identidad basquetbolera que tenía la ciudad para establecerse como la capital del básquet.
Con la selección de provincia de Buenos Aires también tiene un récord casi inalcanzable: ganó 9 de los 13 torneos argentinos que disputó.
Además fue campeón sudamericano con la selección Argentina en el año 1979 luego de haber regresado tras su retiro y participó de los mundiales de 1967 y 1974
Todos estos números, además de su juego y su persona, fueron lo que lo llevaron a transformarse en el deportista bahiense del siglo, según una distinción entregada por Radio La Red en el año 1999.
Quienes tuvieron el placer de verlo jugar dirán que Beto Cabrera fue un genio con una exquisitez única para jugar al baloncesto. Dueño de una visión de juego ejemplar, una gran capacidad atlética por su potencia física y un tiro rápido e infalible.
Transformó aquel básquet lento y reducido al uno contra uno de la época en un juego dinámico, de equipo y con desarrollo de sistemas, tanto en defensa como en ataque.
Fue, además, un gran capitán y compañero, enseñando el camino con el ejemplo y la palabra.
“Cabrera para mi fue un adelantado en todo sentido, veía a Bahía más allá de la actualidad. El aporte que él hacía permanentemente para su ciudad era invalorable. El se iba a algún torneo internacional con la selección nacional y siempre traía algo, por eso Bahía siempre estuvo adelantada. Por ejemplo, él trajo el pressing luego del mundial del 67” opina el periodista Juan Carlos Meschini.
Hoy sin lugar a dudas estaríamos hablando de un jugador de básquet europeo o NBA. Jugó de manera amateur por amor a su ciudad y para priorizar lo laboral, pero Beto Cabrera sin lugar a dudas podría haber sido un excelentísimo jugador profesional en el viejo continente.
“El un año reforzó a la selección de Capital Federal para hacer una gira por Europa, junto con Fruet. Juegan en España contra el Real Madrid, y después del partido un dirigente importante del Real Madrid fue al vestuario y le llevó el contrato para que se quede ahí. Él le dijo “No, yo tengo mi trabajo en Bahía”. Hoy en día es inimaginable. Beto tenía 26 años, cualquier jugador hoy acepta. Eso habla a las claras del compromiso que tenía por su ciudad” agrega Meschini.
Víctima de una avasallante leucemia, el mejor deportista del siglo de Bahía Blanca falleció a los 54 años y llenó de consternación a la ciudad que lo tuvo como su máximo ídolo de todos los tiempos.
Pero el legado y los recuerdos no se fueron. Hoy Cabrera sigue vigente en cada parquet de nuestra ciudad, cada pique o doble convertido, cada grito de festejo o abrazo de contención. Está aún presente en la mente de aquellos aficionados que se maravillaban con su juego, pero también en los jóvenes que crecieron con la imagen de Beto como si fuera un dios que sembró de gloria las tierras bahienses. Hoy, 24 años de su partida, la leyenda de Beto Cabrera está más viva que nunca. (CAFEXMEDIO/ABB)