Este 15 de julio se conmemoran diez años desde la desaparición de Andrea Esnaola, vista por última vez en la localidad de Pehuen Co en 2014. Desde entonces, su paradero continúa siendo un misterio sin respuestas judiciales ni avances concretos, mientras su familia, amistades y la comunidad siguen reclamando memoria, verdad y justicia.
Andrea tenía 47 años al momento de su desaparición. Administraba el complejo de cabañas “Puerto Escondido”. La madrugada de aquel martes 15 de julio, su auto apareció encendido, con las luces prendidas y las puertas abiertas frente a su casa. Desde entonces, nunca más se supo de ella.
La investigación judicial no logró esclarecer lo sucedido. Durante estos diez años se sucedieron fiscales, operativos, hipótesis inconclusas y expedientes sin rumbo claro, sin imputaciones ni resultados concretos. Su desaparición permanece en la impunidad.
Un caso que marcó a toda una comunidad
En Pehuen Co, su ausencia es todavía un dolor presente. Cada año, familiares, amigos y vecinos sostienen acciones para visibilizar el caso, exigir avances en la causa y mantener viva la memoria de Andrea.
“No hay olvido posible mientras no haya respuestas. El Estado está en deuda con Andrea y con todos los que la seguimos buscando”, expresaron desde su entorno.
Este nuevo 15 de julio, a diez años del hecho, se realizó una nueva jornada de recordación pública, tal como viene ocurriendo desde 2014. La consigna sigue siendo la misma: ¿Dónde está Andrea Esnaola?
El caso, que comenzó como una averiguación de paradero, ha sido desde entonces símbolo de la falta de respuestas institucionales y del dolor que provoca la desaparición en democracia.
Andrea sigue sin aparecer. Y con ella, también falta la verdad.
