sáb. 19 de julio de 2025
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ENTREVISTA EN CAFEXMEDIO

Sobreviviente del atentado a la AMIA: “Hay que recordarlo para prevenir que no se repita”

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Alejandro Mirochnik estuvo en Bahía Blanca participando del acto conmemorativo por el aniversario número 31 del atentado a la AMIA.

Sobreviviente del ataque del 18 de julio de 1994, dialogó con CAFEXMEDIO mientras regresaba hacia su hogar en Córdoba. A más de tres décadas de aquella mañana trágica, aún vive con el dolor físico y emocional de lo que ocurrió.

“Cada paso que doy me duele”, expresó al recordar la secuela que le dejó el atentado: una pierna totalmente quebrada tras quedar atrapado durante casi nueve horas bajo los escombros. “Soy un apasionado del deporte, sigo corriendo, pero ya no soy el mismo”, relató.

Alejandro estuvo en el ascensor del edificio de la AMIA cuando a las 9.53 explotó la bomba. “Yo pensé que se había cortado el cable del ascensor, jamás imaginé que era una bomba. Estuve en la oscuridad absoluta hasta las 15.02, cuando un bombero me habló por primera vez”, narró. Desde entonces, su historia está marcada por la tragedia, pero también por la resiliencia.

“En el primer piso trabajaba mi tío, Bernardo ‘Bubi’ Mirochnik. Fue una pérdida irreparable”, agregó. Su testimonio es crudo y directo: “A veces pienso que si hubiera estado en otro lugar, no me salvaba. Si estaba fuera del ascensor, moría”.

El sobreviviente también se refirió al acto conmemorativo en Bahía Blanca: “Uno escucha palabras, promesas de justicia, que este año sí, pero ya pasaron 31 años. Yo no me quedo con eso. Sigo luchando por mi propia justicia”.

A sus 63 años, Alejandro continúa corriendo maratones en las sierras cordobesas, junto a su pareja Marcela. “El 6 de julio corrí una carrera de 38 kilómetros en plena montaña. Eso también es parte de la recuperación”, afirmó con orgullo.

Como docente y exdirector de escuela, dejó un mensaje para las nuevas generaciones: “A veces los hechos históricos parecen lejanos. Pero lo que pasó en la AMIA, como Cromañón, son tragedias contemporáneas. Hay que recordarlas, pero sobre todo prevenir que no se repitan. Vivimos tiempos de mucha violencia. A los jóvenes hay que educarlos en otros valores, como el deporte, la paz, los sueños”.

La voz de Mirochnik es testimonio vivo de una herida que aún sangra en la memoria colectiva argentina. Su paso por Bahía Blanca fue un acto de memoria, dolor y lucha.