La agencia de noticias española «EFE» realizó un informe sobre el básquet en Bahía Blanca, definiéndola como «la fábrica del básquet argentino». Partiendo de la historia y carrera de Manu Ginóbili, en el artículo también se puede leer los testimonios de Lucas Faggiano, Pablo Coleffi y Marcelo Pallotti.
La ciudad argentina de Bahía Blanca, con apenas 300.000 habitantes, tiene más de 4.000 jugadores de básquet. Es la cuna de Emanuel Ginóbili y una factoría de talentos que exporta jugadores. Estas son las claves de su éxito.
Bahía Blanca se alza en el sur de la provincia de Buenos Aires como una de las fábricas de jugadores de baloncesto más efectivas del mundo: cuna de algunas de las mayores figuras de la “generación dorada”, como Emanuel Ginóbili, es declarada por ley como “capital del básquet” argentino.
Con poco más de 300.000 habitantes, la ciudad posee una rica tradición baloncestística que agrupa a 22 clubes, en donde todos los años cientos de jóvenes entrenan para poder rendir en los estándares más altos que la competición de este deporte tiene para ofrecer.
Es el caso de Lucas Faggiano, base del Estudiantes de Madrid desde el año pasado, aunque su “segunda casa”, como la define él, siempre será Estudiantes de Bahía Blanca, donde empezó su carrera deportiva.
“La competencia interna de Bahía es muy fuerte, ya que podemos jugar una gran cantidad de partidos que otros no. Se genera una gran competencia interna y yo a los 14 años me encontraba jugando encuentros de alta competitividad todas las semanas”, le explica Faggiano a Efe.
La medición clubes de baloncesto por habitante en la ciudad portuaria no es común en comparación con el resto de Argentina y el mundo: «lo he contado muchas veces en los países en donde estuve y esa proporción no es normal y no me creen», comenta. La insólita disposición es de uno cada 14 mil habitantes, aproximadamente.
“En otras regiones hay uno o dos equipos buenos y eso hace que en las ciudades formativas, con todos los problemas de logística que tiene Argentina, sea difícil viajar y terminan jugando siempre contra los mismos clubes. No se puede generar la competitividad y exigencia que se necesita a esa edad”, agrega Faggiano.
“MANU” EL NIÑO “INTENSO”
Una de las leyendas del baloncesto a nivel mundial, Emanuel “Manu” Ginóbili, exjugador del San Antonio Spurs y nominado al Salón de la Fama de la NBA, salió de esta fábrica de jugadores que es “la capital del básquet”.
Uno de los entrenadores más destacados de la ciudad, no solo por haber dirigido equipos a nivel nacional e internacional, sino también porque entrenó a los tres hermanos Ginóbili (“Manu”, Sebastián y Leandro), es Pablo Coleffi, director deportivo del club Bahiense del Norte.
“Tuve la suerte de entrenar a los tres Ginóbili, y Manu era el clásico nene ‘intenso’ que había que sacarlo de los costados de la cancha porque no dejaba que los jugadores escuchen a los entrenadores cuando hablábamos”, dice a Efe Coleffi.
“Cuando estábamos explicando, Manu estaba al lado nuestro picando la pelota y le decíamos que se vaya o deje de picar, pero apenas nos dábamos vuelta volvía a reincidir. Lo echábamos de la cancha porque era insoportable y estaba todo el día en el club”, cierra el director de Bahiense al recordar entre risas sus anécdotas con el popular jugador.
Uno de los factores destacables respecto a Bahía Blanca es la ley que aprobó el Congreso de la Nación en 2017 para declararla como capital del básquet argentino.
El reconocimiento de la ciudad por sus deportistas llegó al punto de que la Municipalidad está evaluando pasar una ley para que cada plaza lleve el nombre de alguna figura importante del baloncesto bahiense.
Cuando la fábrica de jugadores y entrenadores que genera Bahía Blanca excede el nivel local, se da un “salto de calidad” para jugar en equipos nacionales, universidades norteamericanas o en Europa.
“Bahía es reconocida en el mundo por exportar jugadores de básquet y porque tuvimos la suerte de que uno de los mejores deportistas de la historia del deporte argentino haya nacido acá (Manu Ginóbili)”, afirma Coleffi.
«Me da la sensación que Argentina, un país con muchos problemas económicos, sin una política deportiva definida y en donde se viven sobresaltos a nivel político, se construye a base de clubes. Uno podría explicarle eso al mundo», define Coleffi.
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
Sacando de lado la pandemia por covid-19 que afectó a todos los ámbitos, los 22 clubes que posee la ciudad proveen jugadores de forma permanente.
“Aunque los clubes sean amateur, el nivel de juego es realmente bueno y el trabajo muy profesional. Tenemos la posibilidad de que los equipos y jugadores se potencien a un nivel más importante”, asegura a Efe el presidente de la Asociación Bahiense de Básquet (ABB) Marcelo Pallotti.
Si bien hubo una deserción considerable, la ABB se encuentra trabajando para aumentar el número de chicos en las canchas. Varones y mujeres suman más de 4.000 jugadores.
Para resolver parte de esta problemática la asociación bahiense comenzó a rearmar estrategias a largo y corto plazo que permitan un sistema de gestión más abarcativo.
“Trabajamos muchísimo en lo deportivo para poder equiparar el básquet femenino con el masculino”, explica el directivo de la ABB.
Desde el 2021 y este año “todos los clubes tienen la obligación y el compromiso de tener básquet formativo femenino”, indicó.
Esto significará que las mujeres tendrán horarios centrales y entrenadores de igual categoría que los varones. Bajo estas nuevas normativas la capital del baloncesto aceitará su maquinaria para que el género no sea un problema a la hora de ensamblar estrellas de alto nivel.
Fuente: Augusto Morel, Agencia EFE España.