La política local tendrá un vacío difícil de llenar. No siempre llegan los mejores, y en este caso, no siempre continúan los que lo merecen. A veces, la política nos hace recordar aquella frase de André Malraux: Los pueblos no tienen los representantes que se merecen sino los que se le parecen…”
Los concejales Pablo Daguerre (UCR) y Adrián Jouglard (PRO), dos dirigentes de fuerte presencia en el Concejo Deliberante de Bahía Blanca, no renovarán sus mandatos luego de que sus partidos decidieran no incluirlos en las listas de cara al próximo período legislativo.
Se trata de dos referentes reconocidos por su compromiso con la ciudad, su vocación democrática y su capacidad de diálogo y trabajo en equipo. A lo largo de su desempeño legislativo, Daguerre y Jouglard se caracterizaron por estar siempre presentes en los momentos en que la comunidad lo requirió, por debatir con argumentos sólidos, oponerse cuando lo consideraban necesario y acompañar proyectos que creían convenientes para los vecinos.
Tanto el radical como el dirigente del PRO se ganaron el respeto de colegas, funcionarios y vecinos por su transparencia, profesionalismo y disposición al debate público, valores que en tiempos de polarización se vuelven aún más necesarios.
Sin embargo, por las decisiones internas de sus espacios políticos, ninguno de los dos tuvo la oportunidad de postularse para continuar en sus bancas, lo que implica que, al menos por los próximos dos años, Bahía Blanca perderá la representación de dos voces que siempre dieron la cara.
Desde el retorno de la democracia, la calidad del cuerpo deliberativo bahiense se ha ido deteriorando de manera paulatina, salvando algunas excepciones como los mencionados, entre algunos otros pocos ejemplos.
El deseo de muchos es que este sea solo un paréntesis y que Daguerre y Jouglard puedan regresar a la función pública, ya que —como reconocen distintos sectores de la comunidad— su aporte resulta valioso y sería bien recibido por los vecinos de la ciudad.
