Así lo destacó la despachante de aduana y licenciada en comercio internacional Pamela Lorenzo, al subrayar las ventajas que ofrece la región en comparación con Buenos Aires en materia de costos, tiempos y eficiencia aduanera. “Se consolida como uno de los principales polos logísticos de la Argentina, con un papel cada vez más relevante para la cadena de valor de Vaca Muerta”.
El puerto de Bahía Blanca es uno de los más importantes de aguas profundas del país y funciona como salida natural para la producción de hidrocarburos de la cuenca neuquina. Desde allí parten oleoductos, gasoductos y poliductos que conectan directamente con Vaca Muerta, lo que permite evacuar petróleo, gas e insumos de manera más rápida y a menor costo.
Lorenzo enfatizó que el vínculo con Vaca Muerta representa un diferencial clave. “Contar con un puerto cercano significa reducir tiempos logísticos y abaratar costos, y en comercio exterior eso es sinónimo de competitividad”, explicó. La cercanía a la formación permite optimizar el transporte de insumos y la salida de productos al mercado internacional.
En el último año, Bahía Blanca registró un fuerte incremento en sus exportaciones, con 10,5 millones de toneladas de cereales embarcadas, principalmente maíz, trigo y soja. Pero además de los granos, la proyección del puerto se centra en la industria energética: la infraestructura portuaria y el polo petroquímico local están directamente vinculados a la expansión de Vaca Muerta.
El complejo petroquímico que concentra a empresas de gran escala opera como un punto estratégico no solo para la exportación de hidrocarburos, sino también para la recepción de insumos que demanda la producción en Neuquén. Este entramado convierte a Bahía Blanca en un socio logístico fundamental de la formación.
Entre los beneficios diferenciales frente a otras regiones, la especialista destacó la condición de puerto de aguas profundas, que admite la operación de buques de gran calado. Además, la aduana local ofrece trámites más ágiles que en Buenos Aires, lo que se traduce en operaciones más rápidas para las compañías vinculadas a Vaca Muerta.
Bahía Blanca cuenta también con depósitos fiscales y con la Zona Franca Bahía Blanca–Coronel Rosales, una de las dos únicas de la provincia de Buenos Aires. Estas herramientas aportan flexibilidad y ventajas impositivas que fortalecen la competitividad de las operaciones relacionadas con la energía y la exportación de derivados.
La especialista señaló que, pese a fenómenos climáticos recientes como inundaciones y fuertes vientos, la infraestructura logística de la ciudad no se vio afectada, lo que garantizó la continuidad de la actividad de comercio exterior. La resiliencia del puerto y de las conexiones terrestres refuerza su rol como soporte de Vaca Muerta.
En materia ferroviaria, Lorenzo destacó la expectativa por el desarrollo del Corredor Norte Patagónico, que permitiría ampliar las vías hacia la región productiva. De concretarse, la conexión férrea mejoraría aún más la integración entre Bahía Blanca y Vaca Muerta, potenciando la salida de crudo y gas hacia el Atlántico.
La escala operativa también representa una ventaja. A diferencia de Buenos Aires, donde la congestión portuaria puede generar demoras, en Bahía Blanca las operaciones se desarrollan en un entorno más manejable y con vínculos cercanos entre operadores, lo que redunda en eficiencia y rapidez para las empresas que dependen de la logística de Vaca Muerta.
Para quienes buscan iniciarse en comercio exterior, Lorenzo recomendó disciplina y planificación, advirtiendo que la falta de preparación puede generar pérdidas económicas. En el caso de las empresas vinculadas a Vaca Muerta, un plan sólido de exportación e importación resulta indispensable para no frenar proyectos estratégicos.
La especialista remarcó también el rol del despachante como parte fundamental de la cadena logística. Un profesional con visión integral puede garantizar que la producción de Vaca Muerta llegue en tiempo y forma a los mercados internacionales, articulando cada etapa del transporte y el despacho.
En los últimos años, el crecimiento de operaciones fue exponencial en Bahía Blanca, tanto en exportaciones como en importaciones. Este incremento, vinculado en gran parte a la expansión de Vaca Muerta, exige asesoramiento especializado para aprovechar las oportunidades y evitar contratiempos en la cadena logística.
Finalmente, Lorenzo subrayó que el desarrollo de Bahía Blanca como nodo estratégico para Vaca Muerta y para el comercio exterior argentino depende de consolidar infraestructura, fortalecer la conexión ferroviaria y mantener un marco regulatorio claro. Con esas condiciones, la ciudad está llamada a convertirse en un eslabón esencial para la exportación de hidrocarburos y la diversificación de la matriz productiva nacional. (Infobae)
