Del total de los fallecidos, sólo cuatro tenían una comorbilidad registrada. Una de las víctimas era menor de edad. El ministro Kreplak anticipó que “se vienen semanas complicadas”.
El dengue está cobrando una peligrosa fuerza en la provincia de Buenos Aires, con un preocupante aumento en el número de muertes y contagios que tiene en alerta a las autoridades sanitarias. Con el reciente reporte de la semana 8 del año, los datos revelan una escalada alarmante de la enfermedad, que ya se cobró la vida de 11 personas en 8 municipios distintos.
El salto en el número de muertes es particularmente preocupante: de 4 a 11 en apenas una semana. Esta cifra es inédita y refleja la gravedad de la situación, sobre todo para esta época del año. El aumento exponencial de los contagios también es evidente, pasando de 2.997 a 7.643 casos confirmados en solo siete días, lo que representa un aumento del 155 por ciento. Además, se están investigando otros 7.379 casos notificados.
Los municipios con mayor tasa de incidencia del dengue son San Isidro, San Martín y Quilmes, aunque la enfermedad se está propagando rápidamente por toda la provincia. En cuanto a las muertes, se registraron tres en Lomas de Zamora, dos en La Matanza, y una en Berazategui, Esteban Echeverría, Florencio Varela, Vicente López, Moreno y La Plata.
Es preocupante también el perfil de las víctimas, ya que de los 11 fallecidos, sólo cuatro tenían una comorbilidad registrada. Además, varios casos siguen un patrón similar: los pacientes experimentan síntomas en casa durante una semana, luego son internados por complicaciones y fallecen al día siguiente de su ingreso al centro de salud.
Estos datos ponen en evidencia la dimensión de la epidemia actual, superando ampliamente los registros de la temporada pasada. La preocupación es tal que el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, calificó esta como “la peor epidemia de dengue de la historia”, advirtiendo que las semanas venideras “serán muy difíciles”.
La situación del dengue en la provincia de Buenos Aires no es un problema aislado, sino parte de una tendencia regional. Factores como el cambio climático y el crecimiento desordenado de las ciudades están contribuyendo a la proliferación del mosquito transmisor. Además, el aumento de la base de contagiados del año pasado creó condiciones para que más personas sean susceptibles de recontagiarse, lo que agrava aún más la situación. (LaNoticia1)