Desde hace dos años no se registran lluvias que quiebren la sequía en el distrito más austral de la Provincia de Buenos Aires. Los ganaderos alertan por el avance del “desierto patagónico” que provoca una “mortandad importante” de animales. El alcalde electo de UxP adelantó que extenderá la “emergencia agropecuaria”.
En el distrito de Patagones, el más austral de la provincia de Buenos Aires, la falta de precipitaciones está generando una crisis sin precedentes. Alambrados derribados, animales muertos y campos devastados son la dura realidad que enfrentan los productores, reviviendo los peores recuerdos de una sequía que afectó la región hace más de una década.
A días del supuesto inicio de la cosecha fina, la acumulación de lluvias está por debajo de la mitad de la media histórica en la puerta de la Patagonia Argentina. La escasez de lluvias afecta indiscriminadamente a las zonas de riego, el monte y el secano, obligando a los productores a tomar medidas drásticas, como la comercialización apresurada de animales, arriesgándose a quedarse sin stock una vez más.
Crisis en tiempos de transición
La emergencia en el distrito de Patagones llevó a la firma de una prórroga por parte de las autoridades provinciales, abarcando desde el 1 de noviembre de 2023 hasta el 31 de enero de 2024 para las explotaciones agrícolas, forestales y frutihortícolas, y hasta el 30 de abril para las producciones ganaderas, tamberas y apícolas. A pesar de las medidas de emergencia, los productores resaltan la necesidad urgente de lluvias para revertir la crítica situación.
El intendente electo de Unión por la Patria, Ricardo Marino, -quien desde el 10 de diciembre sucederá a al actual jefe comuna José Luis Zara de Juntos por el Cambio- logró acordar con la Provincia y el alcalde saliente la prórroga de la emergencia agropecuaria, pero la comunidad agrícola enfrenta un futuro incierto, con la esperanza puesta en que la lluvia llegue pronto y alivie la crítica situación que vive el sur bonaerense.
Qué dicen los productores
Desde hace aproximadamente dos años, la falta de precipitaciones abundantes se hizo evidente, afectando tanto a los cultivos destinados a la cosecha como a los loteos de pasturas. Los pronósticos actuales no ofrecen esperanzas, con viento y calor, pero ninguna probabilidad de lluvia, según señala Gastón Scheffeld, presidente de la Asociación Rural de Patagones.
La situación se torna cada vez más compleja, con casos de voladuras de campos que han llevado al cierre de carreteras debido a tormentas de tierra. La falta de pasto para los animales se agrava, y en la zona de riego, la escasez de agua del río Colorado complica aún más la situación, según Héctor Bizet, presidente de la Asociación Rural de Villalonga.
Los productores, que ya experimentaron una crisis similar en 2008/2009, se ven nuevamente obligados a enfrentar pérdidas económicas significativas. La situación es descrita como “desesperante” por Alcides Haure, referente de la Federación Agraria en Stroeder, quien destaca la falta de lluvias en más de un año y la mortandad de campos y ganado.
Roberto Cittadini, vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), subraya el compromiso de la entidad en apoyar a los productores afectados. Además, se busca visibilizar el problema y gestionar aportes de convenios con el INTA y el IPCVA para proporcionar herramientas que eviten la paralización de los productores.
La situación es catalogada como “mucho peor que la de 2009” por Juan Carlos Mass, titular de la Asociación Rural de Stroeder, quien en declaraciones al medio local La Nueva destaca la necesidad de apoyatura crediticia para garantizar la alimentación del ganado. A pesar de los esfuerzos, advirtió que la magnitud de la crisis y los tiempos burocráticos complican la situación.