En un año marcado por tensiones políticas y desafíos económicos, el intendente de Punta Alta, Rodrigo Aristimuño, hizo un balance de su gestión y anticipó los proyectos para el año entrante en una entrevista con CAFEXMEDIO.
Desde los problemas en el Concejo Deliberante hasta decisiones de austeridad y su enfoque en la obra pública, Aristimuño se mostró firme en su compromiso con la comunidad rosaleña.
Un año complejo
“Fue un año difícil, sobre todo para los intendentes, que tuvimos que cubrir los vacíos que dejó el Estado Nacional. Gracias a nuestro gobernador pudimos sostenernos y cumplir objetivos en medio de un contexto económico y social muy complicado”, destacó el mandatario.
La gestión de Aristimuño enfrentó desafíos significativos, como la destitución de la presidenta del Concejo Deliberante, Paula Bermejo, en un hecho que calificó como “inédito” y carente de argumentos válidos. “Espero que el tiempo ordene las cosas y que los concejales estén a la altura de las circunstancias. No se puede gobernar solo para intereses propios”, expresó.
La renuncia de la delegada de Pehuen Co
Otro hecho relevante en el cierre del año fue la renuncia de Carla ESpurio, delegada municipal de Pehuen Co, tras protagonizar un accidente de tránsito que dejó herido a un vecino. “Carla puso su renuncia y licencia a disposición, como corresponde a cualquier funcionario en una situación así. Su enfoque está en la recuperación del vecino, y eso también habla de su responsabilidad política”, explicó el intendente.
Aristimuño enfatizó que lo central en este caso es la salud de Norberto Vismara, la víctima del accidente. “Mi energía está puesta en su recuperación. Mis funcionarios están en contacto con la familia, y nos hemos puesto a disposición. No me interesa entrar en carancheríos políticos; lo único importante es que se recupere”, aseguró.
La obra pública como prioridad
A pesar del difícil contexto nacional, el intendente subrayó el trabajo conjunto con la Provincia de Buenos Aires para impulsar proyectos clave. “En un país donde no hay obra pública, nosotros seguimos avanzando gracias al apoyo provincial. Los vecinos demandan salud, educación y obra pública, y es lo que estamos priorizando”, afirmó.
Entre los planes para 2025, Aristimuño señaló la importancia de aprobar el presupuesto y la fiscal impositiva para materializar proyectos ya gestionados. Además, adelantó que las inversiones se centrarán en infraestructura y mejoras necesarias para la comunidad.
Austeridad como política de gestión
Uno de los pilares de la administración de Aristimuño es la austeridad. “Este año dimos señales claras: no abonamos pauta publicitaria porque preferimos pintar jardines maternales. Mis funcionarios no tienen viáticos, y el mate cocido que tomo todas las mañanas lo compro yo. Hay que ser coherentes con la crisis que vivimos”, enfatizó.
El intendente dejó claro que la política debe ser un servicio, no una oportunidad de privilegio: “Nosotros no vinimos a la política a vivir de la política”.
Reflexión y expectativas para el nuevo año
Para cerrar, Aristimuño reflexionó sobre el fin de año y envió un mensaje de esperanza: “Deseo que el 2025 sea mucho mejor, que los sueños de todos los rosaleños, bahienses y bonaerenses puedan empezar a concretarse. Que sea un año en paz”.