La búsqueda de estos centros y aparatos de simulación es capacitar profesionales y técnicos sin poner en riesgo a las personas.
La provincia de Buenos Aires, precisamente el Ministerio de Salud, presenta dos Centros de Simulación: uno en el hospital “Balestrini” de La Matanza y el otro en la Escuela de Gobierno “Floreal Ferrara”. La última gran adquisición en los últimos meses, la Provincia sumó un dispositivo de simulación en el hospital “Fiorito” de Avellaneda cuyo objetivo es capacitar a bloquear dolores cervicales.
La búsqueda de estos centros y aparatos de simulación es capacitar profesionales y técnicos sin poner en riesgo a las personas.
En este sentido, el hospital “Balestrini” de La Matanza cuenta con 14 maniquíes, algunos con fisonomía de adultos y otros pediátricos. Además, disponen de un espacio físico y tecnología específica para realizar simulaciones en una sala de shock room, un aula, una sala de usos múltiples en simulación y una cabina de comando.
Por otro lado, en la Escuela de Gobierno “Floreal Ferrara” con sede en La Plata, hay una gran disponibilidad de simuladores de personas adultas, de un niño, de paneles de gases y elementos hospitalarios como sondas, tensiómetros o vías vesicales que se utilizan para la formación de enfermeros y enfermeras, técnicos y técnicas que se desempeñan en terapias intensivas
El ejemplo más reciente es el dispositivo de simulación del hospital de Avellaneda, donde especialistas en Neurología diseñaron un fragmento de la columna vertebral, de la zona cervical, con una impresora 3D. Ello sirve para practicar los “blanqueos analgésicos”, donde se inyecta una solución en aquella parte del cuerpo para aliviar dolores agudos o crónicos que no responden a tratamientos convencionales.
La importancia del nuevo simulador en Avellaneda
Sandra Miron, la jefa del servicio de Neurología del hospital Fiorito, explicó que el simulador permite la capacitación del personal en la realización de estas técnicas mediante “la utilización de materiales inertes que imitan las estructuras implicadas en el procedimiento, como las partes blandas, la piel, los músculos y huesos de una persona”.
A su vez, detalló el entrenamiento de los profesionales: “estuvo focalizado en los residentes neurocirujanos jóvenes, con menos de cinco años de experiencia, y se realizó en los quirófanos del hospital en horario vespertino para no entorpecer las intervenciones programadas”.
Margen de error mínimo: una de las ventajas de trabajar con simuladores
“El aprendizaje práctico no se realiza directamente en el paciente, el margen de error es mínimo y se puede practicar una y otra vez sin dañar el modelo, refinando los movimientos y mejorando el tiempo para lograr el objetivo”, detalló la jefa del servicio de Neurología, para resaltar el trabajo de utilizar simuladores.
A su vez, explicó la importancia de practicar para las situaciones reales, ya que en ese caso, llevará menos cantidad de maniobras, de errores en la trayectoria y en menos tiempo, logrando un procedimiento seguro para profesionales y pacientes. (Infocielo)