La incertidumbre electoral vivida en los momentos previos a los recientes comicios en los EE.UU. ha desnudado las falencias del sistema de elección presidencial indirecta o mediante colegios y más de la mitad de los norteamericanos se preguntan si no ha llegado la hora de proceder a una enmienda constitucional, máxime teniendo en cuenta que nunca se dieron las condiciones que originariamente se esgrimieran como justificativas de la adopción del conflictivo régimen indirecto. Cabe recordar que este sistema electoral también fue adoptado por nuestros Constituyentes en 1853 y se aplicó casi en forma ininterrumpida hasta la reforma constitucional de 1994 que lo sustituyó por la elección directa, como igualmente sucediera en las enmiendas de 1949 y 1972, hoy no vigentes.
1° ¿Cuáles fueron las razones que llevaron a los Constituyentes de Filadelfia en 1789 a incluir el hoy cuestionado mecanismo? Por cierto que no los animó un ideal de mejorar el sistema electoral, o de perfeccionar el modelo democrático, sino todo lo contrario: la desconfianza en la capacidad del pueblo para elegir su presidente, lo que se suplía haciendo que el cuerpo electoral votara por un grupo de notables quienes -ellos sí- podrían seleccionar al mejor candidato. Crudamente lo explicaba Hamilton desde las páginas de “El Federalista” al sostener que era conveniente “que la elección inmediata fuera hecha por los hombres más capaces de analizar las cualidades que es conveniente poseer para ese puesto, quienes deliberarán en circunstancias favorables y tomarán prudentemente en cuenta todas las razones y alicientes que deben normar su selección. Un pequeño número de personas escogidas por sus conciudadanos, entre la masa general, tienen más posibilidades de poseer los conocimientos y el criterio necesarios para investigaciones tan complicadas”. Sin embargo, nunca existió la selección de los “notables” sino que el sistema se transformó en un grupo de electores que disciplinadamente obedecían el mandato de los partidos políticos a los que representaban; o como acertadamente los definiera Ambrose Bierce en su “Diccionario del diablo”, al decir que era sólo el que “que goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros”.
2° El art.II sec.1 de la Constitución de los EE.UU. establece que el presidente y vicepresidente serán elegidos en forma indirecta mediante la reunión en cada uno de los 50 Estado de un colegio electoral conformado por un número de electores igual al número de representantes y senadores que corresponden a cada uno de ellos; a los que debe sumarse el Distrito de Columbia por ser la sede del gobierno de los EE.UU el que igualmente elige electores pero nunca puede contar con más de los que corresponden al Estado menos poblado según lo determina la Enmienda XXIII (1961) Inicialmente, luego de proclamado el presidente, quien obtenía el segundo puesto, era elegido vicepresidente; pero debido a un no previsto empate entre Thomas Jefferson y Aarón Burr, se introdujo la Enmienda XII (1804) según la cual los electores deben votar separadamente para ambos cargos. En la actualidad y desde 1964 el total de electores es de 538.
El proceso electoral puede dividirse en dos pasos a saber:
a)designación de los electores: tal como se anticipara cada uno de los 50 estados así como el Distrito de Columbia deben elegir un número de electores igual al número de representantes y senadores con el que cada uno de ellos cuenta en el Congreso. Esta elección está en manos de los partidos políticos quienes designan mediante el voto las listas de electores de cada distrito lo cual debe efectuarse con antelación a las elecciones generales de noviembre.
b) votación general: El primer martes siguiente al primer lunes del mes de noviembre, los habitantes de cada Estado votan en su territorio mediante una boleta que contiene el nombre de los candidatos a presidente y vicepresidente así como el partido al que representan -Republicano o Demócrata, aunque suelen existir otros candidatos independientes minoritarios- aunque esta elección no define quien será el nuevo presidente, tarea que como anticipáramos está en manos de los electores.
c) reunión de los electores: Luego de esta votación popular los electores triunfantes en cada Estado se reúnen todos en las capitales respectivas el primer lunes después del segundo miércoles de diciembre y son ellos quienes en definitiva eligen al presidente y vicepresidente, mediante el voto en dos cédulas por separado, confeccionando al finalizar dos listas, una con todos los nombres y votos de los candidatos a presidente y otra similar con los candidatos a vicepresidente enviándolas al presidente del Senado antes del 23 de diciembre, dado que el 17 de ese mes el Colegio Electoral define su decisión y ratifica a quien ha triunfado (Enmienda XII) No obstante no existen normas constitucionales que obliguen a los electores a votar en sus Estados conforme a los resultados del voto popular, si bien en algunos estados las normas locales obligan a los electores a votar de esa forma. A su vez, el sistema posibilita a los Estados a determinar la forma de distribuir los electores que se obtengan y de allí que 48 de ellos y el Distrito de Columbia han adoptado un régimen mediante el cual el candidato que gana la mayoría de los votos en el mismo (voto popular) se lleva igualmente todos los votos de los electores del distrito. Por excepción los restantes 2 estados, Maine y Nebraska, utilizan un sistema por el cual se elige un único elector dentro de cada distrito del Congreso en tanto 2 electores son elegidos por voto popular a nivel estatal.
d) Escrutinio y proclamación: Una vez recibidas las listas de todos los estados, el presidente del Senado en presencia de ambas cámaras hace el escrutinio el 6 de enero y proclama presidente y vicepresidente a quienes individualmente hayan obtenido la mayoría de electores (270) Si ningún candidato a presidente obtiene esa mayoría la Cámara de Representantes lo elegirá entre las 3 personas de la lista que hayan obtenido mayor cantidad de votos, mecanismo que solo se ha utilizado en los comicios de 1824. Y si ningún candidato a vicepresidente lograre alcanzar esa mayoría, el Senado lo elegirá entre las 2 personas más votadas de la lista (Enmienda XII). Una vez proclamados, ambos candidatos asumirán el cargo el 20 de enero denominado Día de la Inauguración Presidencial y en caso de ser domingo, el día 21 (Enmienda XX)
3° El sistema electoral recién analizado permite señalar algunas de sus características particulares.
a) ante todo, debe señalarse que a diferencia de nuestro sistema, en los EE.UU el voto no es obligatorio y por ende no existen padrones electorales previos, sino que quien desea votar debe inscribirse a ese efecto. No se vota en domingo, como en Argentina, sino un día de semana (martes) ni tampoco existen todas las vetustas prohibiciones como las de entrega de boletas en ciertos lugares, las reuniones o espectáculos públicos o el expendio de bebidas.
b) no se tiene en cuenta la cantidad de votos obtenidos por el candidato (voto popular) sino que triunfa quien logre la mayoría de electores. En la actualidad, los colegios suman 538 electores por lo que es menester contar, al menos, con 270 votos para alzarse con la presidencia.
c) como todos los estados cuentan con dos senadores (Enmienda XVII), cualquiera sea su población, ello hace que los estados que tienen menos habitantes logren, no obstante, una mayor representación. En cambio, como los representantes se eligen en función de los habitantes, existen notorias y abultadas diferencias entre los electores que cada Estado debe nominar. Así, por ejemplo, cuentan con 3 electores, los estados de Delaware; Vermont; Dakota del Norte y del Sur; Wyoming; Alaska y Washington D.C.; mientras que 4 electores contabilizan Idaho; Maine; Montana y Rhode Island. Sin embargo, estos 11 estados juntos no alcanzan a superar los 54 electores que corresponden a California, ni los 7 estados que cuentan con 3 electores cada uno, pueden en conjunto imponerse a Texas (40 electores), Florida (30) o Nueva York (28).
d) dadas estas características y teniendo en cuenta las diferencias entre los estados en torno a la cantidad de electores que se eligen, pueden darse situaciones en las que un candidato haya obtenido mayoría de votos populares en una cantidad de estados de mínima o media población y pierda la presidencia en manos de otro candidato que, aunque no haya alcanzado igual número de sufragios, logre, en cambio, el mínimo de electores necesarios a tal fin. Así ocurrió en 1876 cuando Rutherford B. Hayes derrotó a Samuel Tilden; e igualmente en 1888 cuando Grover Cleveland logró 100.000 votos más que William Harrison, pero este obtuvo la presidencia al alcanzar la cantidad de electores requerida. Y una muestra más de tales no queridos efectos tuvo lugar en 1960 cuando John F. Kennedy obtuvo 34.221.344 votos frente a los 34.106.671 alcanzados por Richard Nixon, pero ello le representó 303 electores contra los 219 recaudados por Nixon. Algo similar ocurrió en los comicios de 2000 cuando Al Gore obtuvo en la elección popular 50.909.897 votos (48,38%) mientras que George W. Bush logró 50.456.002 (47,87%) no obstante lo cual alcanzó 271 electores frente a los 266 de su oponente. Finalmente cabe recordar lo sucedido en las elecciones del año 2016 cuando Hillary Clinton logró 65.853.514 (48,17%) en la elección popular frente a Donald Trump quien obtuvo 62.984.829 (46,15) no obstante lo cual y a pesar de esa holgada diferencia, triunfó Trump por lograr 306 electores frente a los 232 de Clinton. Todos estos ejemplos muestran que un candidato que lograra una abultada mayoría en el voto popular obtendría la misma cantidad de electores en caso de imponerse por apenas un solo voto.
4° No obstante las encuestas realizadas durante la campaña electoral que daban una situación de paridad entre los candidatos republicanos y demócratas, es decir, Donald Trump y Kamala Harris, lo cierto es que una vez más tales relevamientos resultaron equivocados toda vez que Trump obtuvo una amplia victoria, especialmente en los denominados “swing states” (estados “bisagra” o “indecisos”) tales como Arizona; Georgia; Michigan o Nevada -entre otros- que a diferencia de la mayoría de los estados que ya tienen una tendencia definida en favor de uno u otro de los partidos tradicionales, sus votantes oscilan, elección tras elección, entre ambos. De tal forma Trump triunfó por 2 a 4 puntos sobre Harris, en todos ellos logrando en Arizona 11 electores (51,9% a 47,2%); en Georgia 11 (50,7% a 48,4); Michigan 15 (50,1% a 48%); Nevada 6 (51,4% y 46,9%); y Pensilvania 19 (50,7% a 48,2%).
Así, Donald Trump obtuvo en la elección popular más de 74 millones de votos (50,5%) contra los poco más de 70 millones de Harris (47,8%); e igualmente se impuso en el voto de los electores logrando 301 contra los 226 de su rival por lo cual se convertirá en el presidente n° 47 de su país También consolidó 52 gobernadores contra los 43 de los demócratas y asimismo se va imponiendo en el Senado por 52 a 46 miembros (son 100 senadores y la mayoría 51)) y en la Cámara de Representantes por 213 a 204 (son 435 miembros por lo cual la mayoría es de 218)(resultados oficiales al 9/11/2024).