Hugo Kern, jefe del Departamento de Salud Mental y Adicciones del municipio, dialogó con CAFEXMEDIO sobre el preocupante aumento del consumo de alcohol en jóvenes menores de edad.
Tras conocerse que, según un relevamiento realizado por el Observatorio de Adicciones de la Defensoría del Pueblo bonaerense, el 71% de los adolescentes probó el alcohol antes de los 15 años, Kern no solo abordó las cifras que alarman, sino también las responsabilidades compartidas como sociedad para revertir esta tendencia.
“Usamos el alcohol para gestionar nuestras emociones”, afirmó Kern en uno de los momentos más destacados de la charla. Esta frase, cargada de significado, apunta a cómo los adultos han normalizado el consumo de alcohol como parte de las celebraciones y eventos sociales. Según el especialista, esta conducta modela en los jóvenes un concepto erróneo de diversión y adultez, empujándolos hacia el consumo a edades cada vez más tempranas.
La conversación también puso en evidencia la dificultad de enfrentar esta problemática únicamente con prohibiciones. “No alcanza con medidas prohibitivas”, aseguró Kern, resaltando la necesidad de un acompañamiento activo de padres y adultos responsables. “Es clave preguntar, no espiar; explicar, no imponer. Los adolescentes necesitan sentir que cuentan con adultos que los apoyarán, no que los acusarán cuando enfrentan un problema”.
El fenómeno de las famosas “previas” –reuniones antes de las salidas nocturnas donde el consumo de alcohol es el protagonista– también fue motivo de análisis. Kern enfatizó que, aunque los adolescentes buscan explorar su independencia, no deben quedar desamparados. “Cuando un chico se queda solo, esa necesidad de ser acompañado la busca en lugares que no siempre son los mejores”, reflexionó.
Además, el especialista explicó los riesgos del consumo de alcohol en edades tempranas, tanto a nivel neurológico como social. “Cuanto más temprano es el inicio en el consumo de sustancias, mayor es el daño, no solo orgánico, sino también psicosocial”, señaló, alertando sobre cómo estas prácticas pueden convertirse en un puente hacia futuras adicciones.
Para Kern, la solución comienza con la toma de conciencia de los adultos sobre el ejemplo que brindan. La cultura que asocia la diversión con el consumo de alcohol debe ser replanteada, y eso exige un esfuerzo colectivo. “Es un número que asusta, y está bien que asuste si sirve para tomar conciencia a tiempo”, concluyó.
La problemática del consumo de alcohol en menores no es un tema individual, sino un espejo que refleja las prácticas y valores de la sociedad. Como dijo Kern, es hora de que todos asumamos nuestra parte en la solución.