mar. 23 de abril de 2024
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Homicidio doblemente agravado

La Justicia intenta determinar quién de los cinco policías mató a Daiana Abregú en la comisaría de Laprida

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Los efectivos de la Bonaerense que estaban al momento de la muerte de la joven madre en la estación policial de Laprida fueron detenidos y esperan ser indagados por el fiscal Ignacio Calonje. Documentos de la causa

Daiana Soledad Abregú, madre de un chico de diez años, fue hallada muerta el domingo 5 de junio en una celda de la Estación de Policía Comunal de Laprida, jurisdicción judicial de Azul, luego de que la Policía Bonaerense la arrestara por una contravención menor, disturbios en la vía pública, luego de que Daiana encontró a su ex pareja con otra mujer y comenzó a romperle el auto, según confirmaron fuentes judiciales a Infobae.

La autopsia inicial a su cuerpo, realizada por la Asesoría Pericial del MPF en Azul, determinó que la asfixia fue la causa de muerte e indicó que la única lesión era la que supuestamente había provocado una campera en su cuello, no había otros golpes o signos de tortura.

Pero todo eso era mentira.

El caso fue investigado desde el comienzo como un posible hecho de violencia institucional, la Policía Bonaerense estaba bajo sospecha. La Comisión Provincial por la Memoria se constituyó como particular damnificado para representar a la víctima en la causa a cargo del fiscal Ignacio Calonje. Se realizó una segunda autopsia bajo el llamado Protocolo de Minnesotta. Cinco forenses de la Asesoría Pericial de La Plata entregaron sus conclusiones el 13 de julio. Abrieron el féretro de Daiana para encontrar el cadáver. Había una bandera de Boca. “Mamá, te amo”, decía una cartulina blanca, escrita por su hijo.

No encontraron ninguna lesión compatible con ahorcamiento. A Daiana la habían asfixiado.

“Se constató hallazgos compatibles con un síndrome general asfíctico demostrado por: pulmones con equimosis subpleurales, edema hemorrágico pulmonar, congestión visceral generalizada. Examinado el cuello No se observó surco de ahorcadura , a la apertura del mismo no se constató lesiones en partes blandas a saber, músculos del cuello, paquetes vásculo-nervioso bilaterales y plano prevertebral y vertebral. Examinada la via aéra superior, en el plano óseo cartilaginoso no se constató alteraciones en laringe, hueso hioides indemne”, dijo el reporte, al que accedió Infobae, un cuadro que llevó a un edema hemorrágico pulmonar.

Así, Calonje ordenó detener a los cinco policías que estaban en ese momento en la comisaría. El último fue encontrado ayer. Se esperan sus indagatorias en las próximas horas, aseguran fuentes del caso a Infobae.

La pregunta que sigue, la que busca determinar la Justicia, es de manual: ¿cómo asfixiaron a Daiana? Nadie se asfixia solo. La autopsia es la principal prueba, casi la única. Falta la historia completa. ¿Acaso fraguaron la escena para hacerla parecer un suicidio?

Para Fabiana San Román, la jueza de Garantías del caso, efectivamente “se pretendió instalar una coartada suicida”. Las tres policías mujeres son las más complicadas. Fuhr, por lo pronto, fue arrestado como encubridor, ya que ese día hacía recorridos en cuadrículas, lo que presupone su entrada y salida de la seccional.

“El día 5 de junio del año 2022, siendo aproximadamente las 15:30 horas, los aquí imputados: Vanesa Soledad Núñez, Juliana Zelaya, Adrián Osvaldo Nuñez, Pamela Di Bin y Leandro Fhur (todos miembros de la Fuerza Policial, pertenecientes a la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, en funciones en la Estación de Policía Comunal de Laprida, sita en calle Pellegrini nro. 1480 de Laprida), dieron muerte a la víctima de autos Daiana Soledad Abregú, en oportunidad de encontrarse la misma privada de su libertad”, dijo la magistrada en el pedido de arresto.

Así, “actuaron de manera conjunta, mediante distribución de roles (abusando de la potestad que le asiste por su calidad de funcionarios policiales) y aprovechando el estado de indefensión de la damnificada, por encontrarse privada de su libertad, sin posibilidad de ser asistida por terceras personas o pedir auxilio, posiblemente esposada; realizando los encartados maniobras de asfixia sobre la víctima, ocasionándole la muerte”, siguió la jueza San Román.

También, detalló otro elemento que podría complicar a los efectivos: el relato del médico que analizó a Daiana horas antes de su muerte en el Hospital Municipal de Laprida, una visita reflejada por cámaras de seguridad, y los datos del libro de guardia.

“El día domingo, a las siete y media horas aproximadamente, llegó a la guardia una chica detenida, de apellido Abregú, creo que acompañada de dos policías, una mujer y un varón, ambos uniformados”, declaró el especialista. “La chica no estaba esposada, porque cuando son tranquilos no vienen esposados… la atendí, verifiqué que no presentaba ninguna lesión en su cuerpo, ella estaba como nerviosa, lloraba, decía que no quería ir detenida. Confeccioné el precario médico, el cual le hice entrega al personal policial y se retiraron… Ella se retiró normal sin problemas, hablaba normal sin dificultad… estaba nerviosa como cualquier detenido, es decir nada fuera de lo normal, ni excitada, ni agresiva, nada exagerado, pero lloraba, decía que no quería ir presa”.

Luego, algo cambió: la filmación posterior muestra a Daiana con esposas en sus manos, colocadas detrás de la espalda.

El libro de guardia posterior en la comisaría refiere: “Inspección de calabozo. 10:00. A cargo del Ofl. de Servicio Ofl. Subinsp. Adrián Núñez, imaginaria de calabozo Sgto. Larios Yasmina Ayte. de guardia Sgto. Zelaya Juliana encontrándose en calidad de contraventora Abregu Daiana. Se realiza control de barroteo en piso, paredes, rejas, colchones, pasadores, instalaciones”, sin anomalías que reportar. La frase se repitió a lo largo del día,

Luego, según su relato, la encuentran ahorcada. La última inspección en calabozo es a las 14. La ambulancia es pedida a las 15:35.

Pamela Di Bin está presente en ese momento, según el acta de procedimiento. “Procedemos a desatarle la campera por el sector de las mangas, siendo que la misma tenia tres nudos sujetos a la parte superior de la reja del locutorio y corriéndola a un sector alejado del pasillo, para realizar maniobras de resucitación”. Poco antes, la habían visto gritar, golpeando una pared con piedras que se habían desprendido, intentado tranquilizarla, una versión abonada por Di Bin. La autopsia desmintió el ahorcamiento.

La jueza, principalmente, objeta los huecos temporales en los relatos. Razona que para fraguar un suicidio hace falta tiempo, lo que se ve evidente en la línea reconstruida. Sin embargo, faltan pruebas para completar el panorama: la historia, hasta ahora, solo es la que cuentan los imputados, desbaratada por los forenses.

La calificación del expediente es la de homicidio doblemente agravado, por su comisión con alevosía y por tratarse de miembros de las fuerzas de seguridad policial en abuso de su función. San Román también ordenó que se registren los domicilios de los policías.

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