La presidenta de la Cámara de Administradores de Consorcios local, Adriana Maurizi, describió con crudeza el drama que atraviesan decenas de edificios tras el temporal que anegó gran parte de la ciudad.
“Esto fue una situación superextraordinaria que nos avasalló”, dijo en diálogo con CAFEXMEDIO, al tiempo que detalló las consecuencias económicas, estructurales y humanas que aún se sufren en las cocheras subterráneas y plantas bajas.
Los sótanos inundados, con vehículos varados y montañas de barro acumulado, todavía están lejos de volver a la normalidad. “Todavía hay muchos autos esperando que vayan los seguros. Más del 10% están ahí, sin poder moverse”, afirmó Maurizi, y explicó que muchas aseguradoras aún no realizaron las pericias necesarias para liberar los vehículos.
Mientras tanto, la limpieza avanza lentamente: “Primero se saca el barro a pala, después se puede hidrolavar y desinfectar. El olor es terrible, y la ventilación, escasa”, graficó. A esto se suma el enorme gasto económico que deben afrontar los consorcios para estas tareas: “Sacar el agua de un sótano nos costó 1.300.000 pesos por cuatro horas. Y eso no fue todo: hay que sacar barro, reparar bombas, rehacer tableros eléctricos…”.
Según explicó, en muchos casos se están aplicando cuotas extraordinarias para cubrir los costos. “Cada consorcio es un mundo, y no todos tienen fondos de reserva. Estamos pidiendo ayuda, pero no tenemos”, lamentó. La ayuda que reclaman no es necesariamente un subsidio, sino al menos un préstamo con tasa subsidiada: “Nos vendría bien alguna financiación, aunque sea desde un banco”.
Maurizi también reveló que muchos edificios no cuentan con seguros que cubran este tipo de siniestros. “El seguro del consorcio no cubre inundaciones. Ni siquiera cubre la limpieza. Y los vehículos tienen que estar asegurados individualmente por sus propietarios”, subrayó.
Además de lo vivido en las cocheras, señaló que en algunos edificios el agua ingresó desde la calle, superando el nivel del asfalto. “Tengo edificios donde el agua entró directamente porque no había lugar para drenar”, dijo.
El panorama es complejo y se agrava por la falta de respuesta institucional. “No contamos con apoyo del Estado. Cada vecino aporta lo que puede: tiempo, conocimientos, dinero. Pero necesitamos más”, concluyó.
La tormenta ya pasó, pero para muchos consorcios de Bahía Blanca, el verdadero temporal sigue adentro.
