El economista y analista local Gonzalo Semilla compartió su visión sobre el escenario económico actual del país, el comportamiento electoral de los argentinos y la situación productiva en Bahía Blanca.
Sus palabras en CAFEXMEDIO ofrecieron un diagnóstico donde la percepción social, el consumo, la estabilidad del dólar y la inflación ocupan un lugar central.
“El 56% del padrón votó, lo más bajo desde 1997. Es un dato que sorprende, y obliga a pensar si es desinterés, el clima o simplemente un reflejo del desencanto”, sostuvo al inicio de la charla, aludiendo al ausentismo electoral en las recientes elecciones.
Consultado sobre si la economía impactó en el resultado electoral, fue tajante: “No hay consumo. Hace 15 meses que cae, y apenas ahora hay un 0,1% positivo, que es prácticamente cero”. Sin embargo, Semilla aclaró que la lectura no es lineal: “Muchos ajustan el bolsillo, pero a diferencia de otras veces, la inflación no se dispara. El dólar no se fue, y eso para el consumidor común genera una tranquilidad que hace mucho no se vivía”.
Según relató, esa percepción aparece en conversaciones cotidianas, entre amigos de distintos sectores sociales: “Esa gente que compra día a día el paquete de fideos, el kilo de carne, hoy compra 800 gramos porque no le alcanza, pero al menos sabe que la semana que viene no le van a cambiar el precio de forma descontrolada”.
En relación a la industria local, Semilla describió un panorama heterogéneo: “Bahía Blanca tiene un sector productivo diverso. Algunos sectores se ven beneficiados por cierta estabilidad del tipo de cambio, otros están en crisis. La construcción, por ejemplo, está muy caída, sobre todo porque dejó de traccionar el Estado. Y el privado, con baja rentabilidad, tampoco invierte”.
Además, destacó que mientras algunos sectores muestran estabilidad, otros sufren competencia internacional tras la apertura de importaciones, como los rubros de neumáticos, indumentaria o tecnología.
Uno de los puntos críticos señalados fue la pérdida del poder adquisitivo: “En los últimos tres años, los salarios, especialmente los universitarios, perdieron entre un 20% y 25% frente a la inflación. El sector público no ha acompañado los aumentos con el ritmo de los precios, y eso afecta a un número muy grande de trabajadores en Bahía”.
Sobre las expectativas, fue cauto pero optimista: “Hay una desaceleración clara. Nosotros medimos alimentos y bebidas, y en los primeros 15 días de mayo la inflación fue del 1%, contra el 3% de abril. El Banco Central proyecta entre 1,4% y 2% mensual hacia fin de año. Eso da un anual del 28% o 30%, muy por debajo del 130% que tuvimos”.
Sin embargo, advirtió: “Esa baja solo será sostenible si viene acompañada de una recomposición salarial. Ajuste sin recuperación del ingreso no es viable a largo plazo”.
Finalmente, Semilla se refirió al voto argentino: “Históricamente se vota con el bolsillo. Quizás esta vez no fue solo eso, quizás fue un cansancio con los modelos conocidos. Pero ese hartazgo también nace de la inflación, del no llegar a fin de mes. Por eso esta calma, aunque tenue, es mirada con buenos ojos por una parte de la sociedad”.
