El radicalismo de Coronel Suárez denunció públicamente la persistente inacción respecto a la Ruta Provincial 67, una arteria vital que une esa ciudad con Gral. La Madrid, cuya repavimentación fue prometida en innumerables ocasiones durante las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner sin que la obra jamás se concretara.
A raíz de la condena a la ex Presidenta, piden que parte del dinero que se recupere se destine a esto. Responsabilizaron también al intendente local, Ricardo Móccero.
“La anunciaron mil veces, nunca la hicieron,” afirmaron desde el Comité Radical, señalando que los gobiernos kirchneristas “prometieron una obra que jamás se concretó”, dejando únicamente “carteles, promesas vacías y una ruta cada vez más peligrosa”. Esta situación representa una “deuda del kirchnerismo con el interior bonaerense”.
La UCR de Coronel Suárez subrayó la responsabilidad local en esta postergación, criticando al actual intendente Ricardo Moccero, quien “en aquel entonces, y como hoy, […] aplaudía el relato kirchnerista” y “fue defensor acérrimo de un modelo que gobernó con propaganda mientras postergaba al interior”.
Nuestros concejales radicales, Griselda Rodríguez, Pedro Rodríguez y Pablo Martínez, fueron quienes “denunciaron públicamente este incumplimiento y exigieron explicaciones por una obra que desapareció del mapa, pero no del presupuesto”.
La actualidad expone la cruda realidad: “Cristina Fernández de Kirchner está condenada por corrupción en la causa Vialidad, donde se investigaron justamente estas maniobras en la obra pública”. Ante esto, el Comité Radical exige que “ese dinero vuelva al pueblo” y que “el daño causado se repare con hechos”.
Es por ello que la Unión Cívica Radical de Coronel Suárez propuso firmemente que “parte de lo que se recupere del dinero malversado por el kirchnerismo se destine a terminar, de una vez por todas, la Ruta 67”.
“Eso también sería justicia,” enfatizó el comunicado, porque “el interior bonaerense también merece rutas seguras, obras cumplidas y dirigentes que no se escondan detrás de slogans vacíos”.
“¡No es persecución, es corrupción!”, finalizaron.
