¿Alguna vez te hiciste esta pregunta?. Las pisamos al cruzar una calle, las pasamos por encima con los vehículos y solo nos llaman la atención cuando no están en su lugar.
Son parte del paisaje urbano. Las pisamos a diario, las cruzamos con el auto y rara vez pensamos en ellas. Sin embargo, las tapas de las alcantarillas son un componente esencial para la seguridad y el funcionamiento de las ciudades.
Sirven como cubierta protectora para los accesos a la red de desagües, permiten las tareas de mantenimiento y evitan la entrada de objetos y desechos que podrían obstruir los conductos. Su distintivo diseño se debe a su textura antideslizante, con el fin de evitar resbalones y caídas, lo que prioriza la seguridad para los peatones y los conductores.
Ahora bien, ¿por qué son redondas?
La respuesta combina ingeniería, practicidad y seguridad. Una tapa circular no puede caer dentro del agujero que cubre, sin importar cómo se coloque. Además, se puede mover fácilmente haciéndola rodar, sin necesidad de levantarla, y distribuye mejor la presión del tránsito sin puntos débiles, lo que la hace más resistente al peso de vehículos y al desgaste del tiempo debido a su forma uniforme. Al no tener bordes afilados ni ángulos, soportan mejor el peso de los vehículos y el tráfico pesado sin romperse.
También es una cuestión de eficiencia operativa: las tapas redondas encajan siempre en su marco sin necesidad de orientarlas, lo que agiliza su instalación y reemplazo. No importa cómo se coloque una tapa redonda, siempre se puede girar para alinearla correctamente con el orificio de la alcantarilla.
Más allá de su forma, estas piezas cumplen un papel fundamental en el sistema de drenaje urbano. Las alcantarillas canalizan el agua de lluvia y las aguas residuales, evitando inundaciones y contribuyendo a mantener la salubridad de las ciudades. En un contexto de cambio climático, donde las lluvias extremas y la presión sobre los sistemas de saneamiento son cada vez más frecuentes, su correcto diseño y mantenimiento son esenciales para garantizar la seguridad y el bienestar urbano.
Consciente de estos desafíos, Amanco Wavin, empresa de construcción del grupo Orbia, trabaja para redefinir la industria del manejo de agua y saneamiento a través de soluciones eficientes, seguras y sostenibles. Desde la compañía, atribuyen su forma circular a la practicidad, durabilidad y seguridad debido a su estabilidad, resistencia y facilidad durante el uso. Estos detalles de diseño hacen que las tapas ayuden a preservar la integridad de los sistemas de alcantarillado en las ciudades.
Los sistemas de alcantarillas son responsables de evacuar las aguas residuales u otro tipo de agua utilizados en los centros urbanos. Sin embargo, los sistemas están sobrecargados por la urbanización y el crecimiento poblacional, esto pone en peligro la salud y seguridad de todos los habitantes dentro de los centros urbanos.
En Argentina, actualmente el sector de agua y saneamiento presenta brechas significativas en materia de cobertura, calidad y eficiencia de los servicios. En base a estimaciones del Ministerio de Obras Públicas, en el año 2019, el 88% de la población contaba con acceso a agua por red y el 63% a cloacas.
Asimismo, en el caso particular de los barrios populares, el acceso formal a servicios de agua y cloacas alcanza sólo al 11,6% y 2,5%, respectivamente. Por otra parte, cerca de 2.6 millones de personas habitan en zonas rurales dispersas, con un alto déficit en el acceso a servicios básicos, donde un 11% recolecta agua superficial y un 18% utiliza pozos o excavaciones en la tierra*.
Sin embargo, desde 2019, hubo cambios significativos: con nueve millones de argentinos sin acceso al agua y 20 millones sin saneamiento, se redujeron esas cifras en 2,5 millones y 3 millones respectivamente.
Además, se creó un Plan de Gestión Integral del Recurso Hídrico que, entre otras cosas, estableció un proceso de metas a 2030 con la prioridad de seguir achicando las brechas en el acceso al agua y saneamiento, así como también promover la gestión integral del recurso hídrico, cuyo objetivo es aumentar la cobertura de agua en un 95,3% y de saneamiento en un 74,4%.









