sáb. 5 de julio de 2025
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Supuesto ataque homofóbico

Un joven denunció que fue golpeado salvajemente por patovicas

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La víctima publicó en sus redes sociales que fue atacado por personal del Club Universitario.

En las últimas horas, un joven denunció en redes sociales que fue golpeado por patovicas, en un supuesto ataque homofóbico.

El ataque habría sido el pasado sábado, dentro del Club Universitario.

La madre de Leandro, Silvina Damiani, publicó el siguiente mensaje en Facebook e Instagram.

“Quiero contarles algo que me sucedió en el Club Universitario, simplemente por 3 razones. 1) para que los responsables de lo que me pasó sepan que no pueden actuar de la forma en la que lo hicieron, NO son impunes. 2) para que la Comisión de Club se haga cargo de la gente que contrata para seguridad, quienes supuestamente deberían preservar la salud y el bienestar de los clientes. 3) Para pedirles a todos que cuando vean algo así (como lo que me pasó a mí) saquen fotos, filmen o intervengan de algún modo”, empezó el texto.

“El día sábado (18/06) salí con mis amigues y pareja al Club Universitario. Alrededor de las 4am fui al baño. Mientras hacía la fila para ingresar al cubículo en donde está el inodoro, la persona que estaba atrás mío me preguntó si yo conocía al que estaba adentro, ya que estaba tardando demasiado. No sabía quién estaba, así que golpeé la puerta y al no tener respuesta, intenté abrirla, pero noté que algo/alguien estaba trabándola desde adentro”.

“Ante la duda de que pudiera haber adentro una persona desmayada, salté y me asomé por sobre la puerta y vi que había una pareja homosexual besándose (aclaro esto ya que lo que ocurrió después fue un claro escenario de violencia homofóbica por parte del Seguridad del Club Universitario)”.

“Me hace caer y una vez que yo estoy en el piso sigue amenazándome mientras me pisa, apoyando todo el peso del cuerpo sobre parte de mi antebrazo y mi muñeca”.

“Un tipo de treinta y pico (no uniformado, imposible de identificar como seguridad, pero tampoco cliente) que estaba en el baño me escuchó cuando le conté al de atrás el motivo por el que la puerta estaba cerrada. Rápidamente el patova (después me enteré de que efectivamente era un patova) interviene muy violentamente, abriendo de un patadón la puerta del cubículo (cual allanamiento) y veo cómo intenta tomar por el cuello a uno de ellos”.

“Sorprendido por la reacción del tipo, lo primero que me salió fue meterme en el medio, con las manos levantadas, para intervenir, ya que la medida era exageradamente violenta e injusta, ya que actuó así claramente por el simple hecho de que eran homosexuales”.

“Acá comienza mi peor pesadilla. Esta persona no identificada como seguridad me empuja y empieza a gritarme que me retire. Yo, siempre con las manos levantadas, retrocedo y le pido que pare. Él completamente desaforado me empuja y me amenaza con pegarme (yo rezaba para que un patova apareciera y me ayudara, no quería que la situación pasara a mayores). Lamentablemente, esta persona me hace caer y una vez que yo estoy en el piso sigue amenazándome mientras me pisa, apoyando todo el peso del cuerpo sobre parte de mi antebrazo y mi muñeca derecha (que tengo lesionada), provocándome mucho dolor. No solo me rompió la malla del reloj sino que me dejó marcada las huellas de su bota en mi antebrazo y muñeca por mucho rato. Muy dolorido comienzo a los gritos y en menos de 30 segundos tenía a 4 o 5 patovas alrededor (estos sí identificados por su vestimenta). Para mala suerte mía no tenían intenciones de ayudarme”.

“En este punto del relato quiero recalcar que jamás puse resistencia, que no estaba alcoholizado y que estaba solo”.

“Estos sujetos me arrastran por el piso hasta la garita de la entrada (donde controlan los DNI cuando ingresás), cierran la puerta y en ese momento comienza la peor parte de esta pesadilla. Entre varios patovas (4 o 5 hombres y una mujer) me pisan, me pellizcan y me pegan patadas mientras yo estaba en el piso, inmovilizado, solo y completamente indefenso”.

“Lamentablemente después de esto mis recuerdos son vagos porque debido a toda esta situación de violencia extrema comencé con ataques de ansiedad que luego empeoraron a convulsiones, por el dolor, por los nervios, por todo esa situación violentísima”.
“Entre varios patovas (4 o 5 hombres y una mujer) me pisan, me pellizcan y me pegan patadas mientras yo estaba en el piso, inmovilizado, solo y completamente indefenso”

“Por momentos, cuando recobraba la conciencia recuerdo escucharlos pactar una versión de esta historia; versión en la que se inventaba que yo estaba fuera de sí y que era una persona peligrosa. También recuerdo escuchar que no querían llamar a la ambulancia, mientras tanto yo les pedía por favor que pararan porque me dolía mucho todo”.

“A partir de ahí, se encargaron mis amigues y mi pareja para ayudarme como pudieron. Por suerte estaban ellos y por suerte intervinieron rápido”.

“Mi noche finalizó en el Hospital Municipal junto a mis padres, mi novia, varios amigos y el padre de uno de ellos que acudió en nuestra ayuda. Cuando nos fuimos a casa yo seguía con ataques de ansiedad y a pesar del ansiolítico que me habían inyectado no podían calmarme”.

“Tardé muchas horas en reponerme un poco y poder descansar. Tardé muchas horas en poder sacarme de la cabeza esas imágenes de los golpes en el piso. Afortunadamente ahora estoy físicamente bastante bien: solo tengo algunos raspones, dolores y molestias”.

“Pero lo que pasó no puede volver a suceder. Me duele la impunidad con la que esta gente se maneja, HICIERON USO Y ABUSO DE PODER. No es la primera vez que sucede esto, pero es tiempo de que termine. No me resigno a que esto quede solamente en un mal recuerdo entre familiares y amigues. TIENE QUE TERMINAR”.

“Si vos ves una situación similar, sacá foto, filmá, alertá a más gente o intervení de la que manera que puedas”, cerró el texto.