Días pasados, la Cámara de Diputados de la Nación -ya hace mucho que dejó de ser “Honorable”- brindó la peor imagen que era de esperar de los legisladores que supimos conseguir, habida cuenta de los consensos habidos entre las fuerzas políticas de esa sala, para dar media sanción a la ley denominada como “ficha limpia”. El resultado no esperado hace que a sus integrantes les sea aplicada la definición que nos brinda Ambrose Bierce en su “Diccionario del diablo” al calificarlos como “miembros de la cámara baja en este mundo, sin esperanza visible de ascenso en el próximo”.
1° En apretada síntesis, digamos que es una falacia afirmar que durante el gobierno de Mauricio Macri el tema no fue materia de debate ya que el primer proyecto sobre Ficha Limpia fue presentado en el año 2016 y modificado en el año 2017 cuando logró dictamen de la Comisión de Asuntos Constitucionales, pero finalmente no tuvo el apoyo del pero-kirchnerismo. En septiembre del año 2018 y a través de la plataforma Change.org, el ciudadano Gastón Ignacio Marra junto a la periodista Fanny Mandelbaum iniciaron la petición de ¨Ficha Limpia”, la que al año siguiente logró obtener un nuevo dictamen del Plenario de Comisión de Asuntos Constitucionales y de Justicia. Y el 21 de noviembre de ese año, se llamó a sesión especial para su tratamiento el que se frustró por falta de quórum.
Precisamente, Patricia Bullrich acaba de cuestionar al ex presidente Mauricio Macri quien tuvo expresiones severas contra el oficialismo por la falta de apoyo al proyecto de esta ley, al sostener que durante todo el gobierno de Macri tampoco se hizo nada al respecto. Olvida quizá que en la última fecha señalada se ausentaron 160 diputados por lo cual los 97 presentes fueran exclusivamente de Juntos por el Cambio, la Alianza a la que entonces pertenecía y defendía. El 10 de noviembre de 2020 el tema volvió a tratarse en la comisión de Asuntos Constitucionales pero no consiguió dictamen. El 26 de octubre de 2021, y frente a la negativa del oficialismo de incluir el tema en el debate parlamentario, la oposición solicitó un apartamiento de reglamento para su tratamiento sobre tablas obteniendo en esa oportunidad 116 votos afirmativos contra 117 negativos, con lo cual se volvió a frustrar la posibilidad de debatir el tema en el recinto.
Finalmente, este año la iniciativa se renovó a través del proyecto presentado por la diputada Silvia Lospennato junto a representantes del PRO, La Libertad Avanza, la UCR y la Coalición Cívica, según el cual se limita el derecho al sufragio pasivo, esto es, a ser candidatos a cargos públicos electivos, a quienes tengan una condena penal por delitos dolosos graves, especialmente los vinculados a delitos contra la administración pública; cohecho; tráfico de influencias; malversación de caudales públicos; exacciones ilegales; enriquecimiento ilícito; encubrimiento; fraude en perjuicio de la administración pública y otros similares, y sin que sea menester una condena firme de la Corte Suprema de Justicia sino cuando exista pronunciamiento condenatorio de un tribunal confirmado por un órgano jurisdiccional superior, es decir, lo que se denomina “doble conforme”.
2° Así las cosas, el pasado 20 de noviembre, tuvo lugar la sesión especial de la Cámara de Diputados impulsada por el PRO, La Libertad Avanza y la U.C.R. pero solo lograron reunir 128 diputados, es decir, uno menos de los requeridos para lograr el quórum, por lo cual la sesión se levantó al vencer el plazo de media hora de tolerancia. Doña Rosa piensa que si a los diputados se les paga una dieta que muchos empleados o jubilados soñarían con tener, lo menos que tienen que hacer, es concurrir a la Cámara, dar quórum y votar los proyectos en debate. Pero no es lo que ocurre: en esta sesión, a los 99 representantes del pero-kirchnerismo, se le sumaron los diputados Marcela Pagano y Carlos García (LLA); Aníbal Tortoriello; Alejandro Finocchiaro y José Núñez (PRO); Natalia de la Sota; Alejandra Torres; Florencio Randazzo; Jorge Ávila y Esteban Paulón (Encuentro Federal); Manuel Aguirre (UCR-Democracia); Pamela Calletti; Alberto Arrúa; Agustín Domingo; Carlos Alberto Fernández; Pablo Outes; Yamila Ruíz; Daniel Vancsik y Yolanda Vega (Innovación Federal); Christian Castillo; Vanina Biasi; Alejandro Vilca; Mónica Schlotthauer y Nicolás del Caño (Izquierda); Agustín Fernández; Elia Marina Fernández y Gladys Medina (Independencia); y el santacruceño Sergio Acevedo. Algunos alegaron problemas de salud, otros que avisaron que no irían por variados motivos, pero lo cierto es que uno solo de todos ellos que hubiera concurrido a dar quórum, hubiera posibilitado el tratamiento de la ley de ficha limpia. Les dejo los nombres de los ausentes por si algún día los ven en algún programa de TV defendiendo el proyecto que no avalaron con su presencia.
3° Frente a ello, los mismos partidos convocaron a una nueva sesión especial para volver a tratar el proyecto de ficha limpia la que tuvo lugar el 28 de noviembre, ocasión en la que igualmente no se consiguió el quórum requerido de 129 diputados, al encontrarse reunidos solamente 116 legisladores, por lo cual el proyecto perdió estado parlamentario y será menester renovar íntegramente el proceso en el próximo periodo de sesiones ordinarias que se inician el 1 de marzo de 2025, En esta ocasión los diputados que no dieron quórum fueron, además de los mismos representantes del pero-kirchnerismo (99); Innovación Federal (8) ; Izquierda (5) e Independencia (3), Pablo Ansaloni; Santiago Santurio; Álvaro Martínez; Lorena Macyszyn; Carolina Píparo; Emilia Orozco; José Peluc y Marcela Pagano (LLA); José Núñez; Aníbal Tortoriello y Gabriel Chumpitaz (PRO); José Tournier; Natalia Sarapura y Mariana Coletta (UCR); Miguel Ángel Pichetto; Nicolás Massot; Alejandra Torres; Ricardo López Murphy; Jorge Ávila y Natalia de la Sota (Encuentro Federal); los santacruceños Sergio Acevedo y José Luís Garrido y el neuquino Osvaldo Llancafilo. En esta ocasión, el oficialismo registró 8 ausentes. Agregamos también estos nuevos nombres solo para cuando los vean en TV apoyando el proyecto de ficha limpia.
4° La pregunta es: ¿si el proyecto de ficha limpia fue debatido en comisiones y luego obtuvo despacho de todos los partidos o alianzas que impulsaban el mismo -como es el caso de La Libertad Avanza- por qué nunca se expusieron los argumentos que a posteriori de las sesiones fracasadas del 20 y 28 de noviembre se esgrimieron para justificar la falta de apoyo a la iniciativa? Debe recordarse que fue el propio presidente Milei quien en el discurso del 1 de marzo de este año, al dejar inaugurado el periodo ordinario de sesiones, mencionó en forma expresa como una iniciativa a cumplir la ley de ficha limpia al adelantar que “Las personas condenadas por corrupción en segunda instancia no podrán presentarse como candidatos en elecciones nacionales”.
Pronto aparecieron las más inverosímiles excusas por parte del oficialismo, como las sostenidas por el jefe de gabinete o el vocero presidencial. Francos manifestó que el proyecto no es bueno “porque puede dar lugar a un uso político del tema”; y que por ello, el presidente Milei entiende que a CFK hay que derrotarla en elecciones y que por tanto, “intentar frenarla por otras vías no se genere una victimización que la capitalice otra vez”, concluyendo en que “no hagamos tanta alharaca de una norma que puede llegar a interpretarse como una proscripción”. A esa línea de pensamiento se sumó el “Sr. FIN” al afirmar -refiriéndose a los cuestionamientos de sectores de la oposición- “que no vamos a permitir que salden frustraciones del pasado con un proyecto hecho a medida para que gobernadores feudales hagan abuso de su influencia en la justicia y proscriban a sus opositores”. Y culminó su perorata alertando sobre las posibles maniobras de feudos mediante “algún tipo de justicia no independiente” y para que “en esos lugares, los malos no venzan a los buenos inventando denuncias haciendo que no puedan participar”.
¿Cómo finalizó -hasta este momento- la opereta oficial? Con una promesa del presidente Milei de impulsar una ley de ficha limpia que no merezca estas objeciones, para lo cual convocó al Dr. Fargosi para que elaborara un proyecto al respecto -¿no hay especialistas en la Secretaría Legal y Técnica o en el ministerio de Justicia?- el cual propuso un galimatías jurídico que preveía una ley que impusiera plazos a la Corte para fallar, con lo cual se desnaturaliza la propuesta de ficha limpia que solo requiere dos fallos conformes, y que ya el mismo autor de la iniciativa la ha dejado de lado y llamado a silencio, en tanto hasta el momento.
5° En la facultad aprendí que las leyes son normas generales obligatorias y aplicables a todos quienes son sus destinatarios, pero que no contienen nombres y apellidos de los mismos. De allí a que alguien pueda suponer que la ley de ficha limpia solo se aplicaría para proscribir de la política a CFK, es una idea peregrina que carece de todo sustento, a menos que se piense que la falta de apoyo del oficialismo al proyecto obedecería a un supuesto pacto con el kirchnerismo para posibilitar que CFK compita en las elecciones de 2025 con LLA, como algunos malpensados sugirieran en los medios y que el gobierno negara. Por otra parte, los argumentos de Adorni en torno a los “gobiernos feudales”, y que “los malos no venzan a los buenos” debido a “algún tipo de justicia no independiente” caen con solo advertir que, de estar vigente la ley de ficha limpia, la exclusión de candidaturas estaría en manos de varios jueces de al menos dos instancias, lo que invalida cualquier estrategia de connivencia judicial.
La única verdad es que todas las iniciativas para transparentar el sistema electoral y de partidos políticos (ficha limpia; reiterancia; baja de la edad de imputabilidad de menores, etc.) han fracasado, ya por la negativa del pero-kirchnerismo y de los idiotas útiles de sus laderos como por la falta de apoyo del oficialismo que así como logró acuerdos para leyes que realmente le interesaban, no hizo lo mismo con el proyecto de ficha limpia que prometió elevar a la consideración del Congreso pero que ni siquiera convocó a sesiones extraordinarias para su tratamiento.
Por eso, cuando el oficialismo insiste con fustigar a “la casta” quizá se olvida que en su seno hay varios que llegaron a LLA con esa mochila. Según el Diccionario de la R.A.E, el término “casta” admite dos acepciones: “Ascendencia o linaje. Usado también referido a los irracionales”; y además, en la India define al “grupo social al que se pertenece por nacimiento, y que, dentro de una etnia, se diferencia por su rango e impone la endogamia” Sin embargo, a partir de la campaña electoral de 2023, el presidente Javier Milei introdujo en el escenario político el término “casta” en el cual, según se cansara de explicarlo, se encuentran incluidos todos los políticos a excepción, obviamente, de los de La Libertad Avanza. El problema no es solamente la ambigüedad de la clasificación que de manera alguna puede abarcar a toda la clase política, sino que precisamente, uno de los integrantes de su gobierno, el actual jefe de gabinete Guillermo Francos acaba de admitir en los medios que tiene el record de haberse desempeñado ininterrumpidamente durante 54 años en la función pública. Se inició en 1970 con los gobiernos usurpadores de Levingston y Lanusse; en 1976 participó del gobierno de María Estela Martínez de Perón y acto seguido estuvo en los gobiernos de Videla y Alfonsín. Apoyó luego la candidatura de Manrique; estuvo en la capital bajo el gobierno de Saúl Bouer y más tarde integró espacios con Beliz y Cavallo, siendo luego parte del gobierno de De la Rúa. Más tarde apoyó a López Murphy y Patti, para finalmente recalar en las gestiones de Scioli, Alberto Fernández y desde 2023 como jefe de gabinete de Milei. ¡Más “casta” no puede encontrarse!