vie. 22 de agosto de 2025
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Lectura de Domingo: “El lenguaje inclusivo” por Carlos Baeza

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Emplea el lenguaje que quieras y nunca podrás expresar sino lo que eres” Emerson

 

Según cuenta José María Iribarren en “El porqué de los dichos”, el 31 de mayo de 1871, se inauguró en Madrid el primer tranvía dando lugar a una serie de festejos, entre ellos, un banquete al que acudieron personalidades de la política, de la justicia y del periodismo. A la hora de los discursos, el presidente del Congreso de los Diputados, don Salustiano de Olózaga quien era miembro de la Academia de la Lengua, expresó que su fugaz intervención solo tenía por finalidad solicitar que a partir de ese momento, se dijera no “el tram-vía” sino “la tram-vía”, lo que fuera apoyado por el marqués de Valle Alegre, y motivara que el representante del congresista, señor Albareda, agregara que: “si nuestra voz ejerciese algún influjo sobre los directores de la empresa, nosotros les rogaríamos que complaciesen a la par al señor Olózaga y a la Academia”. Sin embargo, como concluye el comentarista, el público y la empresa no se hicieron eco del pedido y masculinizaron para siempre la palabra “tram-vía” convertida luego en “el tranvía”.

1° Traigo a cuento este curioso antecedente, por cuanto desde hace un tiempo, nuestro idioma viene experimentando una suerte de mutaciones sin sentido, tal como ocurre con el proyecto de Victoria Donda para reemplazar el nombre del Servicio Penitenciario por el de “Sistema de Cuidado y Resguardo de las Personas y sus Derechos en cumplimiento de la pena” (imagino esa inscripción en el uniforme de los penitenciarios). Realmente, todo un hallazgo. Y ni qué decir del movimiento PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales de España) que ha propuesto el reemplazo de antiquísimos refranes populares (les llaman “expresiones que trivializan el sufrimiento animal”) por unos más respetuosos de la fauna. Así, por ejemplo, cambiar “matar 2 pájaros de un tiro” por “alimentar 2 pájaros con un panecillo”; o bien “la curiosidad mató al gato” por “la curiosidad emocionó al gato” y también “agarrar al toro por los cuernos” por “agarrar la flor por las espinas” o “ser un conejillo de indias” por “ser un tubo de ensayo”, como si los pájaros, los gatos, los toros o los conejillos de Indias, sufrieran algún acoso por ser parte de viejos refraneros.

2° Pero el movimiento que más ha calado en las esferas progresistas es el del denominado “lenguaje inclusivo” por el que se pretende -sus defensores alegan que no es obligatorio: bueno sería!- que todos abandonemos la forma de expresarnos que aprendimos en la escuela primaria allá en nuestra lejana infancia, cuando ninguna de mis compañeras se consideraba excluida porque la maestra dijera “buen día niños”. La cosa se ha extendido de tal forma que hasta el propio presidente Alberto Fernández ha expresado que “Cuando uno dice todes no está haciendo el ridículo como algunos creen, le está hablando a los que nunca le hablaron. Como esto es de todos, de todas y de todes tenemos que hablar de esa manera y es un esfuerzo que tenemos que hacer, los varones antes que nadie”. Sería interesante que el presidente escuchara “a los que saben”, como es el caso de la presidente de la Academia Argentina de Letras -institución que al igual que la RAE no acepta tal lenguaje- cuando explica que la utilización de la vocal “e” en pos de una supuesta mayor inclusión de la mujer en lugar de “a” u “o”, es una práctica ajena a la morfología del español; y agrega que al preguntar por qué se eligió la “e” nadie pudo darle respuesta por lo cual “cuando no se puede fundamentar una modificación de la lengua, acá tenemos que hablar de lingüística y de movimientos sociopolíticos o no sé cómo llamarlos. Yo contesto por la lingüística”. Y en cuanto al uso de “les” recordó que es un pronombre personal pero no un artículo y por ello no puede reemplazar a “los” y “las”. “El uso de la letra ‘e’ como supuesta marca de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, pues el masculino gramatical (’chicos’) ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género”.
El Banco Central, en lugar de ocuparse de solucionar entre otros aspecto el desfasaje cambiario, ha propuesto que en toda la documentación del ente estatal se utilice un lenguaje inclusivo. Así, en lugar de “los directores se reunieron” se dirá “el directorio se reunió”; o en vez de “los usuarios” será “las personas usuarias”; pautas que de seguirse harán que el precio del dólar baje considerablemente. Y no menos desopilante resultaron los dichos de la presidente del Consejo Provincial de Educación de Santa Cruz, María Cecilia Vázquez, quien en su presentación en sociedad, se dirigió a los “jóvenes y jóvenas”, tras lo cual aclaró “si esa palabra existe, o con una arroba para ponerle perspectiva de género”. Menos mal que este singular personaje de nuestra cultura pertenece al ámbito educativo!

A nivel nacional, igualmente han incorporado el lenguaje inclusivo entes como el PAMI el cual a partir de ahora seguramente denominará a sus beneficiarios como “jubilades”; en tanto que frente a la posibilidad que ello igualmente ocurra en las FF.AA fue muy elocuente la carta pública de Lucía Zordán Herrera, quien sostuvo enfáticamente: “soy soldado de primera. Sí, soldado, ni soldada, ni soldade: soldado”. Por su parte, Lucas Grimson, de 19 añitos, funcionario de la Dirección de Adolescencias y Juventudes del Ministerio de Salud nacional (¿por qué en plurales?) en un discurso por el Día Internacional de la Juventud, se refirió a “los pibis”. También la “onda inclusiva” se advierte en los medios no solo nacionales sino también locales, donde veteranos dirigentes y políticos chatean utilizando expresiones como “todes” , “unidxs”, o “trabajadorxs”, queriendo aparentar un progresismo que no se lleva bien con las canas -y algunos ni siquiera las tienen- y los años. Finalmente, y sin agotar la lista, en nuestra provincia se ha propuesto un listado inclusivo en la administración pública, sosteniéndose que al efecto, hay varias opciones, “sustituir el masculino por el impersonal, la X o la E”, ya que cuando se habla en masculino no están incluidas todas las personas, como ser los discapacitados o los pueblos originarios. Realmente nunca se me ocurrió pensar que cuando la administración habla de “beneficiarios” o “dependientes” o “dirigentes”, un integrante de una familia toba o alguien con una capacidad diferente, puedan no considerarse incluidos en tales grupos.

3° Claro que algunos funcionarios para no ser acusados de “machirulos” por la Jefa, se enroscan en cuestiones gramaticales de las que generalmente no salen bien parados. Del autor de la célebre frase “Si no hay un mango partido al medio, lo que haiga para el que más lo necesita”, llegó otro éxito imperdible cuando Kicillof -hablando de la tradición política en la provincia que maneja asociada a lo masculino- dijo que “hay una especie de cultura del machismo que parte de cosas tan básicas como de llamar a los intendentes o a los dirigentes del conurbano los varones del conurbano”. El gobernador, demostrando que tiene menos calles que Venecia, confundió a los “barones del conurbano” -apelativo que designa a los viejos intendentes peronistas que se perpetúan en el cargo y lo manejan a su antojo, (que pueden ser barones varones (Espinoza) o baronesas mujeres (Magario)- con los “varones del conurbano” que deben ser los hombres que habitan ese espacio.

4° La Real Academia Española (RAE) institución creada por el marqués de Villena en 1713, tiene como lema su principal objetivo: “limpia, fija y da esplendor” al idioma y sostiene que las lenguas evolucionan con el uso popular no con imposiciones políticas de arriba hacia abajo. Y en ese sentido, seguir sus pautas -como ha sido siempre- no es una cuestión de capricho sino utilizar el lenguaje tal como ha sido concebido para que los hombres -ojo, y también las mujeres- se entiendan. En primer término, una frecuente anomalía la constituye la utilización de la expresión “género” y así se habla por ejemplo, de “violencia de género”. Como explica la RAE, el género es una propiedad de los nombres y de los pronombres que tiene carácter inherente y produce efectos en la concordancia con los determinantes, los adjetivos, pero que no guarda necesariamente relación con el sexo. Por tanto, las personas no tenemos “género” sino “sexo” y de tal forma la expresión “violencia de género” es incorrecta porque la violencia la ejercen las personas y no las palabras debiendo denominársela “violencia sexual” o “violencia doméstica”.

5° Algo similar acontece con expresiones tales como “ciudadanos y ciudadanas” lo cual es un circunloquio innecesario ya que el criterio básico de cualquier lengua es la economía y la simplificación, es decir, obtener la máxima comunicación con el menor esfuerzo posible, no diciendo con cuatro palabras lo que puede resumirse en dos. Ha dicho la RAE que el empleo de circunloquios y sustitución inadecuados, como “diputados” y “diputadas”, “todos y todas” o “niños y niñas” es “una estúpida incorrección lingüística y resulta empobrecedora, artificiosa y ridícula y destroza la economía del lenguaje”. En el mismo sentido se sostuvo que “el mundo se reduce a sexo: ese es el lema de esta moderna herejía. Primero confunden género y sexo: una silla es femenino pero no hembra; un sillón es masculino pero no macho. El género común es útil, evita pérdidas de tiempo, sintetiza abarcando ambos géneros y ambos sexos”.

6° Otra confusión surge al utilizarse expresiones como “presidenta” en lugar de “presidente”. Señala la RAE que el participio es la parte de la oración en la que el verbo interviene en la formación y significación del nombre y de allí que los participios activos derivados de los verbos de 2ª. y 3ª. conjugación acaban en “ente”, que significa “el que tiene entidad”; por ejemplo, de cantar “cantante”, de servir “sirviente” o de escribir “escribiente” En consecuencia, cuando se debe nombrar a una persona que ejerce la acción a la que el verbo se refiere, se le añade “ente” y por tanto a quien estudia se le dice “estudiante” y no “estudianta”; al que dirige se lo menciona como dirigente y no “dirigenta” y a quien preside se le llama “presidente” y no “presidenta”, con prescindencia que se trate de un hombre o una mujer.

7° Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y las ciudadanas, etc.) ha comenzado a usarse el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o: l@s niñ@s. Destaca la RAE “que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción “del” solo es válida para el masculino niño”

8° Precisamente y con referencia al “Día del niño” el gobierno propuso que a partir de 2020 se celebrara el “Día de las infancias” ya que “Decir niño no alcanza para representar las experiencias heterogéneas y múltiples de la niñez. Desde el Estado queremos nombrar una jornada en plural, que celebre a cada chico, chica, chique, gurí, changuito, mitai en guaraní, weñi en mapudungum, y sus diversos modos de vivir esta etapa de la vida”, ya que con ello se procura “posicionar el enfoque de derechos con perspectiva de géneros y diversidad en la forma de representar a la diversidad de las vivencias de la niñez”. Por eso, debe ser que el senador bonaerense del oficialismo Gustavo Traverso se ha enganchado en esta ola superprogre y ha presentado un proyecto tendiente a expropiarle a la ciudad de La Plata para pasarle a la provincia, la “República de los Niños” situada en M.B. Gonnet; pero además, ha propuesto reemplazar ese nombre por el de “República de las Infancias”. Realmente ofende la inteligencia de los bonaerenses, ver como uno de los representantes que supimos conseguir utiliza el cargo para legarnos un proyecto de tamaña relevancia.

Siendo así, desde ahora en esa fecha ya no se celebrará el “Día del niño” sino el “Día de las infancias”, en el cual los chicos, las chicas y los “chiques”, cualquiera sea su denominación regional, podrán ser homenajeados. ¿Estarán igualmente incluidos los pibes; pibas; pebetes; pebetas; bebés; bebas; nenes; nenas; criaturas; pequeños; pequeñas; críos; chiquilines; chiquilinas; muchachos y muchachas?

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