El próximo 27 de octubre -a menos que en esa fecha se produzca un resultado que obligue a un ballotage- los argentinos elegiremos al presidente que se convertirá en el 60° titular del Poder Ejecutivo a partir de la vigencia de la Constitución de 1853.
La nómina incluye a la totalidad de quienes desde esa fecha hasta la actualidad han ocupado alguna vez ese cargo y con prescindencia del tiempo que haya durado su mandato.
Igualmente, se señala que si bien en nuestro país -y en gran parte de Latinoamérica- se denominan gobiernos de facto a los gobiernos surgidos de movimientos de fuerza que desplazan a las autoridades legítimas, lo cierto es que siguiendo a Constantineau cabe distinguir entre:
a) gobiernos de iure, es decir, elegidos conforme a las pautas del régimen constitucional vigente.
b) gobiernos usurpadores, esto es, aquellos que por la fuerza y con las armas obtienen ilegalmente el poder contra la voluntad de quienes lo ejercían de iure.
c) gobiernos de facto, que son los provenientes de una designación aparentemente legítima, pero que adolece de un vicio que los invalida al no haberse respetado los procedimientos constitucionales para su conformación.
Teniendo en cuenta tales parámetros y dividiendo el análisis en tres periodos, podemos recordar entonces que entre 1853 y 2019 ha habido 59 presidencias de las cuales 42 fueron de iure, 12 usurpadoras y 5 de facto, habiendo fallecido en el cargo 3 presidentes y renunciado 8 de ellos.
1°) 1853-1930 (77 años) En este lapso hubo 22 presidencias de las cuales 19 lo fueron de iure; 2 de facto y 1 usurpadora. De los 19 titulares, 8 de ellos completaron su mandato entonces de 6 años a saber: Urquiza; Mitre (en su 2° gobierno); Sarmiento; Avellaneda; Roca en sus dos mandatos; Yrigoyen en su 1ª. presidencia y Alvear. En igual lapso renunciaron al cargo Derqui, Juárez Celman y Luis Sáenz Peña, quienes fueron reemplazados por sus vicepresidentes Pedernera, Pellegrini y José E. Uriburu, respectivamente, habiendo estos dos últimos completado el mandato mientras que Pedernera renunciara y declarara en receso al P.E; en tanto fallecieron Quintana y Roque Sáenz peña siendo reemplazados por los vicepresidentes Figueroa Alcorta y de la Plaza, que igualmente completaron el periodo faltante. Finalmente, los dos gobiernos de facto tuvieron como protagonista a Bartolomé Mitre: así, en el periodo del 12 de abril al 12 de octubre de 1862, lo hizo como titular de facto en calidad de “Encargado del P.E”, ante la disolución del Ejecutivo dispuesta por Pedernera al renunciar; e igualmente un hecho sin precedentes tuvo lugar en 1866 cuando encontrándose ausente el presidente Mitre por la guerra con el Paraguay, el 2 de enero de ese año falleció el vicepresidente Marcos Paz quien por esa acefalia transitoria lo había reemplazado. Dado que el Congreso se encontraba en receso -el periodo ordinario se iniciaba entonces el 1 de mayo- y la imposibilidad de hacer llegar a Buenos Aires a todos los legisladores, los ministros Guillermo Rawson; Lucas González; Marcelino Ugarte y José Evaristo Uriburu, dictaron una resolución tomando a su cargo la función ejecutiva. Ante ello, el 18 del mismo mes, Mitre volvió al país y reasumió la presidencia y por tanto, el periodo transcurrido entre el 2 y el 18 de enero de 1866 debe ser considerado como de facto. Finalmente, José Félix Uriburu fue el primer presidente usurpador al producir el golpe militar de 1930 que provocara el derrocamiento de Yrigoyen de su 2ª. presidencia.
2°) 1932-1982 (50 años) Durante dicho periodo hubo 23 presidencias de las cuales 11 lo fueron de iure; 1 de facto y 11 gobiernos usurpadores. De las 11 presidencias de iure sólo 2 completaron el mandato (Justo y Perón en su 1er. gobierno); 2 renunciaron (Ortiz y Cámpora, siendo reemplazados por Castillo y Lastiri, respectivamente, este último como Presidente de la Cámara de Diputados ante la falta del vicepresidente que también renunciara y la ausencia del Presidente provisional del Senado); 1 murió (Perón en su 3ª. presidencia asumiendo la vicepresidenta María E. Martínez de Perón) y 5 fueron derrocados por golpes de Estado (Castillo; Perón en su 2ª. presidencia; Frondizi; Illia y Martínez de Perón)En igual lapso los 11 gobiernos usurpadores fueron encabezados por Ramírez; Farrell; Lonardi; Aramburu; Onganía; Levignston; Lanusse; Videla; Viola; Galtieri y Bignone. Se señala que si bien el mismo 4 de junio de 1943 se hizo cargo del gobierno usurpador Arturo Rawson y llegó a firmar algún decreto, al no contar con el respaldo del resto del GOU renunció el 7 del mismo mes y no alcanzó a jurar, siendo sucedido por Ramírez, razón por la cual no se lo incluye entre la nómina de presidentes usurpadores. Por último, al ser derrocado Frondizi asumió el presidente provisional del Senado José María Guido -el vicepresidente Gómez había renunciado- pero tal reemplazo, previsto en la ley de acefalia sólo puede computarse como de iure cuando el reemplazo lo es por alguna de las causales del art. 88 de la Constitución, pero nunca cuando obedeció a un derrocamiento por un gobierno usurpador, por lo cual el breve mandato de Guido debe ser considerado como de facto.
3°) 1983-2019 (36 años) En este último periodo hubo 14 presidencias, de las cuales 12 fueron de iure (Alfonsin; Menem en 2 mandatos; De la Rúa; Puerta; Rodriguez Saa; Camaño; Kirchner; Fernández de Kirchner en 2 mandatos; Pinedo y Macri) y 2 de facto (Duhalde y Kirchner al comienzo de su gestión) De las primeras completaron el mandato 5 presidentes, a saber: Menem 2 presidencias consecutivas; Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, esta última también 2 mandatos seguidos dado que al igual que en el caso de Menem, la reforma constitucional de 1994 posibilitó esa reelección inmediata. A su turno renunciaron Alfonsín y De la Rúa aunque la sucesión fue diferente: en el primer caso, habiendo dimitido igualmente el vicepresidente Martínez -ambos el 8 de julio de 1989- , el Congreso aceptó ambas dimisiones y en el mismo acto tomó juramento a la fórmula Menem-Duhalde quienes habiendo triunfado en los comicios días antes, asumieron de tal manera en forma adelantada el 8 de julio de 1989 y hasta igual fecha de 1995, teniendo en cuenta que hasta ese momento el periodo presidencial era de 6 años. Ello por cuanto a ese momento ya había sido electa la fórmula Menem-Duhalde y conforme lo dispuesto por el art. 88 de la C.N, el Congreso aceptó las renuncias de Alfonsín y Martínez y en esa misma fecha -8 de julio de 1989- los puso en posesión de los cargos hasta el 8 de julio de 1995. Sin embargo, vigente esa presidencia, tuvo lugar la Convención reformadora de 1994 la que acortó el mandato presidencial a 4 años y siendo que el que venía desempeñando Menem debía concluir el 8 de julio de 1995 en tanto que los demás cargos electivos finalizarían el 10 de diciembre de ese año, dispuso que el presidente que asumiera el 8 de julio de 1995 gobernaría hasta el 10 de diciembre de 1999 al solo fin de unificar la extensión y renovación de todos los cargos (Disposición Transitoria Décima)
En el caso de De la Rúa, el mismo renunció el 20 de diciembre de 2001 y dado que el vicepresidente Álvarez igualmente había dimitido con anterioridad, el Congreso recurrió a la ley de acefalia, designando en forma sucesiva -ante las renuncias de los nombrados- al presidente provisional del Senado Ramón Puerta; al gobernador de San Luis Adolfo Rodríguez Sáa y al presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Caamaño, para finalmente ser designado el senador Eduardo Duhalde para completar el periodo faltante, quien dimitiera el 25 de mayo de 2003. Al haberse producido ya las elecciones para un nuevo periodo y frente a una modificación a la ley de acefalia, en esa misma fecha asumió en forma anticipada el binomio triunfante Kirchner-Scioli. De esta forma el mandato de Duhalde debe ser considerado de facto, ya que el Congreso, violando el art. 88 de la Constitución y la ley de acefalia, en lugar de designar a Duhalde para que asumiera y llamara de inmediato a elecciones como lo exigen esos textos, lo autorizó a completar el mandato faltante, reemplazo que sólo puede ser cubierto por el vicepresidente. Asimismo, al renunciar Duhalde el Congreso debió nombrar un reemplazante hasta el 10 de diciembre de 2003 fecha en la que debería asumir la fórmula Kirchner-Scioli. Sin embargo y violando una vez más el texto constitucional, el Congreso sancionó la ley 25.716 que autorizó a dicha fórmula a asumir el mismo 25 de mayo de 2003 y disponiendo que el lapso entre esa fecha y el 10 de diciembre del mismo año, no sería considerado a los efectos del mandato de 4 años prescripto por la Constitución Nacional. De tal manera, el periodo cumplido por Kirchner y Scioli entre el 25 de mayo y el 10 de diciembre de 2003 debe ser reputado como de facto, al igual que el de su antecesor Duhalde. En síntesis: mientras en el caso de Menem-Duhalde el mandato presidencial se extendió más allá del plazo fijado por la Constitución pero ello fue dispuesto por el Poder Constituyente y al solo fin de unificar todos los mandatos al 10 de diciembre de 1999, en el caso de Kirchner-Scioli la prórroga del periodo fue dispuesta por una ley del Congreso en violación del plazo fijado en la Ley Fundamental.
Conclusiones: Nuestro país se ha caracterizado por un sistema bipartidista, con partidos dominantes que en ocasiones exhiben aspiraciones hegemónicas y sin que, en general, la rotación o alternancia entre los mismos haya obedecido al libre funcionamiento pendular a través de comicios, sino merced a golpes de estado. De tal forma es posible observar que en nuestro pasado político y en el periodo de la organización nacional, el gobierno estuvo en manos de fuerzas hegemónicas de tendencia conservadora, con escasa participación popular, a través de regímenes electorales que sólo aseguraban a ellas la totalidad de los cargos en disputa, siendo el voto público, calificado y voluntario. Más allá de estas expresiones de origen conservador, es importante destacar el surgimiento del Partido Socialista a fines del siglo XIX, quien merced al sistema de circunscripciones uninominales de efímera vigencia, lograra instalar a Alfredo Palacios como el primer diputado de esa extracción en toda América.
Posteriormente y a partir del desarrollo de los partidos nacionales, en paralelo con la sanción de la ley Sáenz Peña que consagra el voto universal, secreto y obligatorio, es posible observar que el ciclo radical se prolonga a través de tres mandatos consecutivos, bajo las presidencias de Hipólito Yrigoyen (1916-1922), Marcelo T. de Alvear (1922-1928) y nuevamente Hipólito Yrigoyen (1928 hasta el golpe militar del 6 de septiembre de 1930). Luego de un interregno de fuerzas conservadoras, ellas son también depuestas por otro golpe ocurrido el 4 de junio de 1943 del cual surge el partido peronista el que, así como el radicalismo facilitara el acceso al poder de la clase media, permitió a su turno el ingreso de la clase trabajadora, triunfando en su primera aparición como fuerza política y consagrando a Juan Domingo Perón (1945-1951) quien merced a la reforma constitucional de 1949 logra la inmediata reelección en 1951 hasta 1955 cuando es derrocado por el golpe producido ese año.
A continuación y con el peronismo proscripto, retorna al poder el radicalismo en dos frustrados periodos: mediante la UCRI asume Arturo Frondizi en 1958 siendo derrocado en 1962; en tanto que la otra vertiente radical -Unión Cívica Radical del Pueblo- consagra a Arturo Umberto Illia en 1963 quien debiera dejar el cargo a raíz del golpe de 1966. Una vez más el peronismo vuelve al ejercicio del poder en 1973 en el curso de las dos elecciones realizadas en el mismo periodo: en mayo asume la presidencia Héctor Cámpora quien junto al vicepresidente renuncian pocos días después, posibilitando que merced a un nuevo comicio, triunfe por tercera vez en la historia Juan Domingo Perón, a quien tras su fallecimiento en julio de 1974, sucediera su esposa, la vicepresidente María Estela Martínez de Perón hasta su derrocamiento en 1976.
Al reiniciarse el ciclo democrático luego del último golpe de Estado de 1976, el radicalismo accede al poder en dos ocasiones, si bien ambas concluidas antes de su vencimiento. Primero, Raúl Alfonsín quien asumiera el 10 de diciembre de 1983 renuncia en julio de 1989, en tanto que igual suerte corre Fernando de la Rúa que llegado al poder el 10 de diciembre de 1999 debe abdicar al cargo en diciembre de 2001. En cuanto al peronismo gobierna inicialmente a través de Carlos Saúl Menem en dos periodos consecutivos, merced a la reforma constitucional de 1994: el primero entre julio de 1989 y julio de 1995 y el segundo entre esta última fecha y diciembre de 1999. Finalmente, y luego del corto interregno del radical de la Rúa, asume Néstor Kirchner entre mayo de 2003 y diciembre de 2007, siendo sucedido por su cónyuge Cristina Fernández entre diciembre de 2007 y diciembre de 2011, quien fuera reelecta para un nuevo mandato entre diciembre de 2011 y diciembre de 2015.
Del análisis precedente resulta que contando desde el surgimiento del peronismo en 1946, en los 73 años transcurridos hasta el presente, el gobierno ha sido ejercido en forma exclusiva por ese movimiento y el radicalismo, con una alternancia afectada por los sucesivos golpes de Estado habidos en 1930; 1943; 1955; 1962; 1966 y 1976 . Así se observa que el peronismo gobierna entre 1946 y 1955 cuando es depuesto por el golpe de septiembre de ese año. El radicalismo asume en 1958 con el peronismo proscripto y a través de una de sus ramas -la UCRI- siendo depuesto por el golpe de 1962; en tanto que la restante fracción -UCR del Pueblo- llega al poder en 1963 y solo gobierna hasta 1966 cuando un nuevo levantamiento militar lo derroca. Finalmente, en 1973 retorna el peronismo al poder siendo depuesto por el golpe de 1976 y originando luego el resurgimiento del radicalismo quien triunfa en 1983 y sin completar el mandato es reemplazado por las 2 presidencias consecutivas del peronismo; al que le sigue una vez más el radicalismo en 1999 que tampoco puede finalizar su periodo.
Finalmente el peronismo accede al gobierno en tres periodos consecutivos desde 2003 al 2015.
Es decir que sin contar los periodos usurpadores y de facto, ni el lapso 2015 a 2019 en que el radicalismo integró la alianza Cambiemos- el radicalismo ha ejercido el poder durante 15 años en tanto el peronismo lo ha hecho a lo largo de 34 años. Se advierte claramente la característica bipartidista de nuestro régimen y en el cual los gobiernos peronistas de 1951 y 1973, así como los radicales de 1958, 1963 y 1983, no recibieron los atributos del mando de sus legítimos antecesores sino de gobiernos usurpadores; a punto tal que la transmisión del mando entre ambas fuerzas en el año 1989 significó un acontecimiento de alternancia que no se daba en la República desde el 12 de octubre de 1916, cuando Victorino de la Plaza completando el mandato del fallecido presidente Roque Sáenz Peña traspasara la primera magistratura a Hipólito Yrigoyen.
Otras estadísticas revelan que el presidente que ejerció el poder por más tiempo fue Roca (4380 días) en tanto quien menos permaneció en el cargo fue Pinedo (12 hs). El más longevo al asumir fue Perón en su última presidencia (77 años) mientras que el más joven también fue Roca (37 años). En 1906 se produjo la muerte de 2 ex presidentes (Mitre y Pellegrini) y de Quintana quien ejercía el poder; y en 1914 fallecieron Roque Sáenz Peña que desempeñaba el cargo y los ex presidentes José E. Uriburu y Roca. Por otra parte, el 12 de octubre fue la fecha de inicio de las presidencias desde Mitre hasta Yrigoyen, fecha igualmente seguida en los casos de Illia y Perón en su último mandato; mientras que los presidentes reelectos una vez y dejando transcurrir mandatos intermedios fueron Roca, Yrigoyen y Perón que lo hizo en 3 periodos, todos ellos dado que la Constitución de 1853 así lo exigía; en tanto que cumplieron dos mandatos consecutivos Menem y Fernández de Kirchner merced a la reforma de 1994.
Finalmente, todos los presidentes electos desde 1854 lo fueron por el sistema indirecto a través de colegios electorales, a excepción de los gobiernos surgidos en 1952 y 1973 que por sendas enmiendas establecieron el sistema directo, el que igualmente y con doble vuelta rige a partir de la reforma de 1994.
