Uno de los dos primeros argentinos que desembarcó en la mejor liga de básquet del mundo habló sobre su rol de acompañar al joven cordobés. Cómo lo tentó para llevarlo a jugar a su equipo y los contactos estrechos con Ginóbili, Scola y compañía
Pepe Sánchez está a las corridas. La noche del miércoles 18 de noviembre, una fecha que será recordada por todos los amantes del básquet nacional como el día en que Argentina volvió a tener un jugador en la NBA, fue larga. Muy larga. “Cuando me dormí, me dormí. Ahora es un lío, pero dormí con un bebé y ahora de nuevo con todo”, le dijo el histórico base campeón olímpico con la selección a Infobae desde su Bahía Blanca querida.
Desde su lugar en el mundo, el ex base del seleccionado siguió la transmisión del Draft 2020, uno que fue muy particular para el básquetbol latinoamericano, ya que Leandro Bolmaro fue el único representante de la región. Después de una larga espera, el oriundo de Las Varillas, Córdoba, fue elegido en el puesto número 23 por los New York Knicks, pero tras un acuerdo sellado con anterioridad, ese joven al que apodan Cebolla se cambió la gorra de dicha franquicia y se puso la de los Minnesota Timberwolves, el equipo que lo seleccionó en la ubicación más alta en la historia del sorteo entre los argentinos que participaron de la lotería.
“Los padres me pasaron cómo todos en Las Varillas salieron a festejar”, mencionó Pepe, que aprovechó para recordar un momento que se produjo hace poco tiempo. Porque la historia de Bolmaro y su llegada a uno de los máximos escenarios del deporte mundial sin dudas fue meteórica. “La primeras veces que hablábamos yo les decía ‘abróchense el cinturón porque esto va muy rápido’. La carrera del deportista, cuando hay un talento así, el talento va buscando sólo su lugar. Fue todo en tres años: de salir de su club Almafuerte en Las Varillas a ser drafteado por la NBA”.
Pocas horas más tarde de la elección de Bolmaro, Pepe Sánchez dio detalles de su relación con el gran talento del básquet argentino que confirmó que seguirá por el resto de la temporada en Barcelona. Qué dijo la primera vez que lo vio jugar, la importancia de llegar a un equipo que tiene al argentino Pablo Prigioni entre sus filas, la conexión de Leandro con la Generación Dorada y su alegría por la inminente confirmación de que Facundo Campazzo se sumará a la NBA en los próximos días.
– ¿Cómo viviste la ceremonia de la elección del Draft de la NBA?
– Estábamos conectados con él vía zoom junto a su familia, varios chicos jugaron con él en Bahía Basket. Fue largo, pero cuando empezamos a llegar al puesto 20 sabía que por ahí estaba el tema. Aproveché para ir hablando con algunas fuentes de varios equipos que están ahí para que me fueran adelantando algo, algunas situaciones, y finalmente la verdad que el momento de la elección fue hermoso. Yo no lo viví, pero debe ser hermoso estar esperando ese momento. Así que felices por Leandro, por su familia. Fue un grito de gol cuando salió su nombre.
– Vos que conocés a Prigioni, conocés la organización de la NBA, ¿qué valor tiene que Bolmaro vaya a Minnesota, una franquicia que está en plena reconstrucción, con talento joven y con esta conexión latina con el colombiano Gersson Rosas (presidente de operaciones) y con Pablo en el staff técnico?
– Es enorme el valor. Enorme. Entrar a la NBA ya es un paso. Que te drafteen. A dónde vas, con quién vas, a qué organización vas es aún más clave. Y en este sentido es tremenda la oportunidad que se le genera a Leandro. Me hace acordar al paso de Manu por caer en la franquicia correcta. Porque al final, lo importante es la gente que está en el equipo, el lugar es lo de menos. La franquicia está en reconstrucción, está Pablo que va a ser una ayuda invalorable porque va a ser su tutor, su guía. Por lo que sabe Pablo en el desarrollo de jugadores y por lo que es como persona. Está Gersson que es el gerente general, que es un poco el que lo elige, el que apostó por él y después tener a Ricky (Rubio) y a Juancho Hernangomez también ahí al lado. Es un lugar ideal, con una dedicación clara al desarrollo de jugadores.
– ¿Te consultó cuál podría ser el mejor escenario posible para que lo elijan? ¿Tenía alguna intención particular para ir a algún equipo?
– Mirá, nuestro contacto es súper cotidiano. Pero, de hecho, nunca hablamos de este tema. Porque no está bajo el control del jugador qué equipo te selecciona y además eso no lo ayudaría para nada. Para eso además está la gente que lo represente. Lo que a él le tiene que importar es el juego, y dentro de eso mi consejo permanente es sobre la parte humana, cuestiones del juego en sí, su táctica, pero con guiarlo en las cuestiones básicas que tienen que ver con que lo importante es jugar al básquet. Lo importante no es el ruido que se generó por esto, sino lo que él va a ser en la cancha de básquet. Mi foco, mi relación con su familia, está puesta en que no ‘pierda el norte’ de entender que el juego es la clave. Porque todo lo otro, como viene se va. La atención, como viene se va. Y también presentarle gente, tenderle contactos. Hacerlo que hable con Manu (Ginóbili), Scola, con otros jugadores NBA, con el mismo Pablo (Prigioni), o sea, rodearlo de gente sana, que lo va a ayudar y que ya recorrió el camino y que tiene mucho para ofrecerle. Aconsejarle hábitos: por ejemplo, empezó a trabajar con Pablo Maccari (fisioterapeuta de la selección argentina de básquet). Ese es un poco el rol.
– ¿Cómo fue la primera vez que pudiste verlo en vivo a Bolmaro para llevarlo a Weber Bahía Basket?
– Alguien me comentó de Leandro y lo fui a ver con Fabri (Oberto). Alguien que fue clave en la llegada de Lean fue Fabri Oberto. De hecho, nos fuimos con su camioneta desde Córdoba hasta Cañada de Gómez para verlo en un torneo Argentino. Pero nada, viste, cuando hay un talento no tenés que verlo. Está ahí. Para mí fue muy obvio. El es un talento diferente: verlo cómo se movía, cómo ejecutaba dentro de la cancha haciendo fáciles situaciones difíciles. Y bueno, Fabri fue clave porque habló con Osvaldo y Adriana (sus padres) y les dijo que Bahía era el lugar ideal para que se desarrolle. Leandro tenía ofertas de muchos equipos que lo querían reclutar como nosotros y ellos eligieron porque este camino del desarrollo, no por ofertas tal vez más vinculadas a lo económico o alguna otra promesa. La promesa nuestra fue trabajar, generar hábitos y muchas veces eso espanta al talento que quiere ir a lo más fácil. Nosotros le propusimos un camino diferente, el que hacemos acá. Fabri lo ratificó y de ahí la confianza de los padres y de Leandro en elegirnos. Y cuando surgió lo del Barcelona, decir ‘sí me alejo de mi país, de mi familia, de mis amigos’, y dar ese paso que nosotros pensamos que era el correcto. Y de hecho así lo fue.
– Mide más de 2 metros, tremenda envergadura de brazos, tiene buen tiro exterior, pase bien el balón, tiene buena visión de juego, es un combo por demás interesante con los cambios que se produjeron en el juego. Sobre todo en la NBA que el tiro más allá de los siete metros se convirtió en clave para su posición.
– Sí, y eso es lo que tiene a la NBA intrigado con él. Todo el potencial que tiene. Lean es un jugador que cuando pase de muy bueno a excelente su tiro de larga distancia va a dar un salto. Porque el resto lo tiene todo. Tiene la talla y la versatilidad para jugar al básquet que se juega hoy. El ‘positon less’, o sea, no tiene posición. Y otra de las cosas que más le llamó la atención a la gente de la NBA con la que hablé es que su juego se construye desde la defensa. Eso es muy raro en los chicos de hoy tienen metido en que la NBA se construye desde el ataque. Él usa su envergadura para defender, defiende toda la cancha y eso es algo que a los chicos les cuesta entender porque no tienen el trabajo suficiente. Pero él entendió que el juego empieza por la defensa.
– ¿Tu recomendación es que siguiera en Barcelona o que se vaya ahora a la NBA?
– Eso es particular porque hay cuestiones contractuales. Primero fue una decisión de él. Para mí él está muy cómodo en Barcelona. Es parte del equipo, es parte de la rotación, tiene a un muy buen entrenador. Yo soy partidario de dar pasos lógicos y no me parece dejar las cosas por la mitad, no me parece correcto. Ahora, ese es mi consejo, pero la decisión es de él. Las decisiones siempre tienen que ser del entrenador. El entorno del jugador está para aconsejar y dar nuestro punto de vista. Ojalá termine de gran forma en Barcelona.
– ¿Qué beneficio tiene para el básquet argentino que hayamos tenido de nuevo un jugador en el Draft de la NBA, que haya sido una elegido en la primera vuelta y por una franquicia como Minnesota?
– El beneficio es muchísimo. Sobre todo si ahora Facu (Campazzo) también está pisando la NBA. Sería tener dos jugadores y en cuanto a Facu, es el jugador más sólido que tiene el básquet nacional en los últimos tiempos. Y en el caso de Leandro, además de la proyección, son dos personas carismáticas, extrovertidas, que eso influye mucho en los jóvenes. Más en los tiempos en que vivimos hoy, sobre todo con la escuela que tenemos por llegar, que hay jugadores que están ahí, pisando la NBA también. A ver, mirar a chicos más jóvenes, que ya no vieron a los Ginóbili, los Scola, que hoy mismo están jugando en la liga argentina y tienen condiciones para soñar. Y en general, el básquetbol argentino, sigue sacando talento. Y me parece que está tremendo que también esté Pablo Prigioni como técnico, además con todo lo que ha hecho la Selección en el último Mundial de China.
– Está al caer la llegada de Campazzo a la NBA. Parece que se termina de cerrar una historia que todos estábamos esperando que diera en los últimos tiempos
– La verdad que siento una gran felicidad por Facu. Porque ha peleado cada cosa que ha hecho en su carrera para tenerlo. No es fácil en este mundo medir un metro 70 y monedas y él se fue abriendo camino en base a su talento, su esfuerzo y su cabeza, que es la que hace la diferencia. Tiene una cabeza realmente privilegiada y va a estar en el lugar donde tiene que estar que es con los mejores jugadores del mundo. Yo la NBA la veo así: de poder vivirlo desde adentro, no tanto por el show que es espectacular, sino porque los mejores están ahí. Y creo que Leandro también está destinado a estar con los mejores. Y creo que hay varios chicos más que también lo están.
– ¿Quiénes son los que en el futuro cercano se sumarán a la NBA?
– En el corto plazo, Gabriel Deck y Luca Vildoza, sin lugar a dudas. Son jugadores que pertenecen a esa elite. Y atrás vienen jugadores muy interesantes. Hay talento y, como digo siempre, todavía los mejores están por venir. Cuando vos ya creas cultura y está en el inconsciente colectivo que es una posibilidad, eso pasa. Por eso fue tan importante el camino desde nuestra llegada y todos los que vinieron después. Si naciste en un país que no tuvo jugadores en la NBA, es muy difícil llegar porque no hay cultura. (Infobae)