En nuestra ciudad el costo del boleto es de $895. Pinamar lidera el ranking con $1591. A pesar de los aumentos del año, el AMBA es la que tiene el segundo pasaje más bajo del país, muy lejos de localidades de la provincia.
Mientras los empresarios presionan por un aumento de las tarifas de colectivos o que lleguen más subsidios, seis ciudades bonaerenses aparecen entre las veinte con boletos más caros del país.
De acuerdo al ranking actualizado a noviembre de la Asociación Argentina de Empresas de Transporte Automotor (AAETA), entidad que nuclea a las principales líneas que operan en Capital Federal y Gran Buenos Aires, Pinamar es la ciudad del país con el pasaje de colectivo interno más caro: $1591, la tarifa mínima. Muy lejos del Área Metropolitana, donde se paga $371.
Pese a que en lo que va del año el ajuste en Buenos Aires y el Conurbano acumula el 600%, lo cierto es que el boleto sigue muy lejos de algunos distritos del interior, como Pergamino con $1.400 (segunda en la tabla); Bariloche $1.275 y Cipoletti $1.250. Detrás se ubican con una tarifa mínima de $1200 Corrientes, Santa Fe y Rosario.
En lo que respecta a localidades bonaerenses que completan los primeros veinte lugares, están Mar del Plata con $1.180, tras la reciente suba del 25%; Ramallo $1.105; Tandil $1.090 y Punta Alta (Coronel Rosales) con $975.
Otras de las ciudades de la provincia que aparecen en el ranking compuesto por 58 destinos son San Nicolás con una tarifa mínima de $969; Necochea con $939; Bahía Blanca $895, Olavarría $734 y Junín $500, la más cercana a los $371 del AMBA y a los $300 de La Rioja, donde los boletos son más baratos gracias, en parte, a los subsidios.
Cabe destacar que con el objetivo de optimizar los subsidios en función de la demanda y de los kilómetros recorridos por las diferentes líneas de colectivos, el Gobierno de Javier Milei estableció un nuevo esquema para el AMBA.
En este contexto, el presidente de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor, Luciano Fusaro, explicó qué hay detrás del acuerdo al que se llegó la semana pasada con la Unión Tranviarios Automotor (UTA), por el cual se terminó levantando el paro de transporte, y cómo sin la actualización de subsidios se podría complicar el escenario.
En primer lugar, Fusaro explicó que el acuerdo al que se llegó es sobre el aumento salarial retroactivo que reclamaba el sindicato. “Nosotros veníamos planteando que no teníamos el dinero, a menos que se ajuste la tarifa o el subsidio”, aclaró el representante de los empresarios.
Entonces, ¿cómo se llegó a un acuerdo? El empresario explicó que, finalmente, se decidió “hacer un esfuerzo y un acuerdo a futuro”: “Por eso es un acuerdo sin plata, para noviembre, diciembre y enero, en el entendido de que cuando haya que pagar el primer salario tengamos o tarifa o subsidio”. (DIB)