Dalma Irigoyen, madre de dos niñas de 10 y 13 años, relató el estremecedor calvario que vive junto a otras familias de Tornquist, donde ocho víctimas –seis menores y dos adultas– denunciaron por abuso sexual al concejal de Unión por la Patria de Saldungaray, Matías Rojas.
“Estamos avanzando judicialmente, más allá de la justicia social que se está haciendo. Gracias a Dios va bastante rápido, pero no voy a parar hasta que haya justicia por mis hijas”, remarcó en CAFEXMEDIO.
Irigoyen explicó que conoció las acusaciones a través de una publicación en redes sociales y, tras hablar con sus hijas, recibió la confirmación de los abusos. “Es una bronca, una impotencia enorme. Te sentís culpable de no haberte dado cuenta”, confesó. Según indicó, las víctimas ya están citadas a declarar en Cámara Gesell, mientras las madres también reciben acompañamiento psicológico.
La mujer describió un patrón repetido en los hechos denunciados: “Podía ser en su casa, en la pileta, o cuando ofrecía vuelos de bautismo. Era alguien conocido, un tipo que entraba a tu casa, tomaba mate con vos, estaba en la política. Todos lo veíamos como una buena persona”.
El proceso judicial avanza, pero Irigoyen advirtió sobre la dificultad de sostenerse anímicamente: “Un día querés comerte el mundo y que lo metan preso, y al otro día sentís que te están pateando la cabeza. No dormimos, no comemos”.
Dalma también subrayó la cantidad de mujeres que se acercaron a contar historias de abusos nunca denunciados: “Se me acercaron señoras de 35, de 40 años que me dijeron ‘yo fui abusada y no pude hacer nada’. ¿Cómo hicieron para convivir con ese dolor toda la vida? Yo no puedo”.
Mientras la investigación sigue su curso, Irigoyen pidió celeridad y contención: “No puedo esperar cinco años para que se haga justicia. Mis hijas son lo más sagrado. No vamos a bajar los brazos”.
