El funcionario judicial es investigado por un supuesto encubrimiento de una banda narco de la que formaba parte su propio sobrino. Del inmueble se llevaron una computadora y un teléfono celular, que serán sometidos a pruebas que puedan vincularlo a la causa.
El allanamiento, realizado en la casa del fiscal federal general Alejandro Cantaro en la Avenida Alem, fue solicitado por su reemplazante en la mencionada fiscalía, Horacio Azzolín.
Según la denuncia que realizó el Juez Walter López Da Silva, “existen elementos que se fueron incorporando al legajo y que encuentran vinculación con la actuación de diferentes funcionarios del Ministerio Público Fiscal”.
En ese expediente se destaca que Cantaro “fue referenciado o mencionado en diversas conversaciones entre varios de los imputados. Incluso han sido captadas diferentes comunicaciones en las que habría intervenido de forma directa. Por esos motivos es que se sospecha la probable intervención de Cantaro en hechos que recomiendan su pronta investigación y dilucidación”.
