La ola de inseguridad se apoderó de este pequeño pueblo de 1500 habitantes, ubicado a 200 kilómetros de Bahía Blanca en el partido de Carmen de Patagones. Ante la falta de respuestas, los vecinos ya planean defenderse por su cuenta.
Un oscuro manto de miedo, incertidumbre y desazón se posó sobre la apacible comunidad de Stroeder, un pintoresco pueblo en la provincia de Buenos Aires que, con sus 1500 habitantes, solía ser un remanso de tranquilidad. Sin embargo, en los últimos tiempos, la creciente ola delictiva trastocó la paz que caracterizaba a este rincón del municipio de Carmen de Patagones.
Robos, hurtos, daños a la propiedad privada y estatal son algunos de los episodios que han sumido a los vecinos en un estado de constante alerta y desprotección. El sentimiento de vulnerabilidad llevaron a algunos residentes a expresar su indignación de manera enérgica.
Uno de los casos que más conmocionaron a la comunidad, fue un violento asalto a un anciano de 82 años. La víctima fue engañada por dos hombres que golpearon la puerta de su casa preguntando por un mecánico. Cuando el octogenario abrió, lo empujaron dentro de la vivienda y mediante golpes e intimidaciones lo amarraron a una silla y escaparon con una importante suma de dinero.
Un vecino, visiblemente molesto con la situación, manifestó: “No aguantamos más, queremos respuestas, ya no queremos excusas, si hay que desterrar a estas personas, que se haga, el pueblo en su conjunto apoyará la medida”. El clamor de este habitante refleja la desesperación que se ha apoderado de la comunidad.
Otro vecino, consultado sobre la situación, fue aún más tajante: “Tendremos que hacer justicia por mano propia”, declaró. Sin embargo, rápidamente matizó su afirmación al señalar que “esa no es la solución”. Afirmó con firmeza que “la solución debe venir de las autoridades que elegimos para que nos gobiernen y nos cuiden”.
Uno de los delitos más resonantes fue el robo a una vivienda que estaba vacía, debido a que el propietario trabaja en otra localidad. La víctima, Oscar Eberling, denunció que “Stroeder es zona liberada”. “Me vaciaron la casa prácticamente”, comentó al medio VDM Noticias donde admitió “vivir con miedo”.
En declaraciones al medio local Argensur, otra vecina nostálgica también expresó su pesar: “Yo nací y me crié en este pueblo hermoso y jamás pensé vivir esto. Antes, nuestros hijos podían moverse de manera independiente, y hoy estamos con el corazón en la boca, preocupados de que les pase algo”.
El sentimiento común que une a los residentes es la necesidad de vivir en paz y de preservar la seguridad de sus hijos. Exigen que las autoridades tomen cartas en el asunto y brinden soluciones concretas, ya que hasta el momento, nadie acudió ni siquiera para dialogar con los afectados. (LaNoticia1)
