En medio de una ola de comentarios negativos por el tipo de vivienda dispuesta para los damnificados del temporal en Bahía Blanca, es necesario poner las cosas en su lugar: Claudio “Chiqui” Tapia cumplió con lo que prometió. Y lo hizo con el compromiso con la que había anunciado la iniciativa desde un principio.
Desde este espacio editorial, hemos realizado múltiples críticas al trabajo del titular de la Asociación del Fútbol Argentino, no solo desde las decisiones futbolísticas sino también institucional. Desde el tipo de torneo, o las “bondades” de algunos jueces a equipos ligados con dirigentes que conducen la institución hasta los cambios de nombres a espacios definidos.
Pero hoy corresponde contar las cosas como sucedieron, no como algunos pretenden que sean.
Es posible que el tipo de vivienda que se entregue pueda haber sido de material, con otro tipo de madera o aberturas de otra calidad, pero esa no fue la promesa ni lo acordado en el mismo momento en que se acordó.
La campaña #UnGolXUnTecho fue lanzada con claridad: por cada gol que convirtiera la Selección Argentina en las Eliminatorias, se entregaría una vivienda a los afectados, en colaboración con la organización TECHO Argentina.
Tapia nunca habló de casas de lujo, ni de construcciones tradicionales. Desde el primer momento, se explicó que las viviendas serían prefabricadas, pensadas para dar una solución rápida y concreta a quienes se quedaron con lo puesto.
Por eso, sorprenden las críticas que han circulado en redes sociales tras conocerse las imágenes de las primeras casas. Se trata de unidades básicas, sí, pero dignas, con acceso a agua potable y diseñadas para cubrir una necesidad urgente de habitabilidad.
En vez de celebrar que se dio un paso concreto para ayudar a quienes más lo necesitaban, algunos eligieron atacar con comentarios injustos y fuera de contexto.
Chiqui Tapia, asesorado o no, con demagogia o sin ella, pensó en Bahía Blanca: puso al fútbol al servicio de una causa social. Usó su rol de Presidente de la AFA para mover voluntades, generar impacto y canalizar la solidaridad a través de un proyecto real.
En esta, hay que bancarlo: no vendió humo, no prometió mansiones. Hizo lo que dijo que iba a hacer, y lo está cumpliendo.
Cuando se exige compromiso a los dirigentes, y aparece uno que realmente se involucra y da respuestas, no tiene sentido criticar por criticar. Las casas están ahí. Son un símbolo de solidaridad, y una muestra de que cuando el fútbol se compromete, puede ser mucho más que un deporte.
Eso sí, las críticas a la forma de llevar adelante la conducción de la AFA y la toma de decisiones seguirán cuando así lo requieran, con la claridad, vehemencia y objetividad que nos caracteriza.
Licenciado ARIEL BIAGETTI
EDITORIAL CAFEXMEDIO
