Según las cifras oficiales, el 17,6% de la población mayor de 65 años no ganan lo suficiente para cubrir el costo de una canasta básica. La cantidad de adultos mayores en condiciones de indigencia ascendió de 92.889 a 142.065 personas.
La pobreza es uno de los indicadores más crudos de la realidad económica y no distingue entre edades. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), hay casi un millón de personas de la tercera edad (65 años o más) en situación de pobreza, lo que significa que no ganan lo suficiente como para cubrir el 100% de sus necesidades básicas.
De acuerdo a los datos publicados por el organismo nacional, la pobreza para ese rango etario subió de 14,5% en el segundo semestre de 2022 a 17,6% en igual período de 2023. Medido en cantidad de personas, lo que indican las cifras es que la cantidad de ancianos pobres saltó de 792.288 a 961.674 personas (164.386 más).
También hubo un crecimiento importante en la cantidad de indigentes (personas que no ganan lo suficiente para cubrir sus necesidades alimentarias). Los informes del Indec muestran que en la segunda mitad del 2022 el índice de indigencia en personas de más de 65 años era de 1,7%; un año más tarde, el indicador había saltado a 2,6%. Esto se traduce en que la cantidad de adultos mayores en condiciones de indigencia ascendió de 92.889 a 142.065 personas.
Por qué aumenta la pobreza
Para el economista José Vargas, director de la consultora Evaluecon, el aumento de la pobreza en la población mayor de 65 años está directamente relacionado con la inconsistencia de las últimas fórmulas de movilidad jubilatoria. “Que la pobreza haya crecido de manera considerable en los adultos mayores tiene que ver con la evolución de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo que van teniendo los haberes jubilatorios, sobre todo en los últimos meses”, comentó.
“Sabemos que han sido meses inflacionarios y los últimos mucho más todavía, con lo cual la pérdida del poder de compra también se aceleró. Eso terminó generando que los jubilados se empobrezcan mucho más”, resaltó Vargas.
“Hoy a los jubilados les cuesta mucho más alcanzar la canasta de jubilados de lo que les costaba hace un año atrás. Eso tiene que ver con la fórmula de movilidad. Tanto las anteriores, como la actual, van por detrás de la inflación, lo que termina licuando los haberes y empobrece mucho más al sector”, lamentó.
Para tener una idea de cuánto deben ganar los jubilados para no ser pobres, se puede tomar como referencia la línea de la pobreza informada por la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. De acuerdo al último estudio publicado por el organismo, en febrero una pareja de adultos mayores necesitó ganar $334.149 para cubrir el 100% de sus necesidades básicas en el transcurso de un mes.
En ese mismo período, los jubilados cobraron una jubilación mínima de $160.712,61, por lo que dos personas mayores en forma conjunta pudieron reunir al menos $321.424. Se debe recordar, además, que aquellas personas mayores de 65 años que no cuentan con ninguna jubilación ni pensión, pueden tramitar la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que equivale al 80% de una jubilación mínima y también se actualiza por la ley de movilidad.
El abogado previsionalista, Adrián Tróccoli, también hizo referencia a la pérdida del poder adquisitivo de los haberes jubilatorios. “Desde el cambio en el cálculo de movilidad jubilatoria introducido por el gobierno de Macri (diciembre de 2017) hacia adelante, los jubilados perdieron un 54% de su poder adquisitivo”, comentó.
“En la época de Cristina Kirchner la fórmula funcionaba bien, pero porque había una inflación en torno al 20% o 30% anual. Luego, cuando la inflación se aceleró, dejó de servir. Fue correcto que se buscara una nueva fórmula de cálculo, pero la propuesta de Macri tuvo un defecto muy grande. Técnicamente le llamamos el rezago, porque medía la inflación, pero con seis meses de retraso”, contextualizó el Tróccoli.
“Todas las gestiones asumieron y reformaron la ley, pero al momento de hacerlo, en los empalmes, generaron un ahorro fiscal a costa de los jubilados. Macri, por ejemplo, postergó los pagos un trimestre entre una norma y otra; Alberto Fernández dio más aumento a las mínimas que al resto y ahora Milei reconoce sólo una parte de la inflación de los meses anteriores”, alertó la abogada previsionalista, Andrea Falcone. (Infobae)