vie. 26 de abril de 2024
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Panadero de día, DT de noche: la conmovedora historia del “otro” Kun Agüero que jugó en Bahía Blanca

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Jonathan Leonel Agüero tiene 21 años. Vive en Maquinista Savio, juega de delantero y, por supuesto, tiene el mismo apodo que el astro de la Selección. Fue jugador de Tiro Federal.

 

Jonathan Leonel se parece a Sergio Leonel. Además de que comparten el segundo nombre (esa inscripción que nadie sabe bien para qué sirve, hasta que una similitud como esta lo justifica), adentro de una cancha ambos son delanteros, rápidos, encaradores y potentes. Y hay una coincidencias más, la trascendental: el DNI de uno y otro, del crack mundial nacido en Quilmes y del panadero de Maquinista Savio, dice Agüero.

¿Cuántos otros Messi, Kane, Rodríguez, Hazard, Iniesta estarán corriendo por los potreros del mundo haciendo goles en arcos sin red?

Jonathan Leonel Agüero es de esos casos. Sus gambetas dejaron huella en San Cayetano, un barrio pobre del partido de Pilar, donde nació y vive. Tanto, que los compañeros, amigos y rivales le dicen”Kun”, no sólo por la coincidencia obvia, también por su talento con el balón.

Jonathan (21 años), siempre adoró a Sergio (30) y hasta poco tiempo luchó y soñó por llegar a Primera como su ídolo. Primero lo hizo en Banfield y luego, en Tiro Federal de Bahía Blanca.

“Me cortaba el pelo como él, trataba de imitarlo, uso las medias bajas como él y con el apellido ayuda un montón”, ríe Jonathan que, a diferencia de su homónimo es hincha de River y no de Independiente, aunque aclara: “Pero al Rojo lo quiero por mi abuelo, que es fanático”.

“Soy muy parecido al Kun. El me gana en velocidad, pero tenemos la misma potencia, la garra. Lo miro a él y trato de meter todo como él”, describe, y revela que durante muchos años usó la camiseta 20, porque era el número que el Kun original usaba en la Selección Argentina.

Para “triunfar” en el fútbol hace falta algo más que capacidad. Y el otro Kun, el de Pilar, no tuvo suerte. La decepción ante el anhelo frustrado de llegar a Primera no detuvo su pasión por el fútbol. Panadero de día, dedica la noche a entrenar en su equipo, Solares del Norte, y a enseñarle a los más chicos.

“Cuando volví de Bahía Blanca me invitaron a entrenar a los más chicos, los categoría 2002 y 2005. Y me encanta, amo el fútbol”, cuenta a Infobae Jonathan.

Agüero se levanta a las 6 y a las 7 ya está en la panadería donde trabaja, en la localidad de Del Viso. Allí amasa panes y facturas y tras diez horas de trabajo vuelve a su casa. Se toma unos mates y a las 18.30 ya está en Solares del Norte. Primero entrena a las categorías que dirige y luego lo hace él, con su equipo. “Mantengo el estado por si llega otra oportunidad”, aclara.

Justamente, para Jonathan, el fútbol es una oportunidad de salir de la pobreza y, para los más chicos, de focalizar el tiempo en una actividad que los ayuda a alejarse de las peores tentaciones de la calle.

“Los profes planteamos que entrenar todos los días ayuda a sacarlos de la calle porque a esa edad empiezan a juntarse con amigos en la esquina. Siempre les decimos que aprovechen ese tiempo para entrenar. Siempre está la posibilidad de que alguien los vea y triunfar. Si están en la calle no van a llegar”, reflexiona y admite: “Me encanta entrenar a los pibes. Los veo y recuerdo cuando me entrenaban a mí. Yo era como ellos y corría como loco atrás de la pelota. Por eso cada día los entreno”.

Pero una de las cuestiones que más intenta instalar en la mente de los más jóvenes es el respeto. “Siempre les digo a los chicos que, como me enseñaron mis abuelos y padres, el respeto a los mayores es lo más importante. Y ser educado vayan a donde vayan. Sin una línea recta no se puede triunfar”, remarca.

El otro Kun se crió en un cuarto dentro de la casa de sus abuelos, junto a sus padres y hermanos. “Dormíamos todos entre cuatro paredes”, relata. Hace una década, su mamá le escribió a la organización Techo y tuvieron su propia casa.

Ahora Jonathan tiene su propia familia que sostener. Desde hace 9 meses es papá de Luciano Jonás Agüero, para quien ya sueña un futuro como el del Kun. “Se vuelve loco con la pelota. En casa hay cuatro y él las corre, las empuja todo el tiempo. Tiene pasta de crack”, bromea.

Quizás el sueño de Jonathan sea ver a su hijo gritando los goles en estadios que él no llegó a gritar. Pero también, todavía late el anhelo de conocer al espejo de su vida. “Si me lo llego a encontrar no lo podría creer. Me gustaría conocerlo, me encantaría. Lo sigo a todo lados, en todas las redes”, se entusiasma, y de paso pide que este sábado ante Francia sea titular: “Es el compañero ideal para Messi, ellos se entienden”.

-¿Qué le dirías al Kun si tuvieras la oportunidad de conocerlo?

-No sé, sería muy fuerte. Le daría un abrazo y le diría que es un crack.

Ante la posibilidad de conocer a Sergio Leonel Agüero, los ojos de Jonathan Leonel Agüero se agrandan, brillan y una sonrisa monopoliza su rostro.

-¿Y si te pide que te hagas hincha de Independiente?

-¡Me pongo la del Rojo ya! ¡Si el Kun me lo pide soy capaz de ir corriendo hasta Manchester!

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