vie. 26 de abril de 2024
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Tristes sonrisas para despedir al bahiense Carlos “Cacerola” Sanchez

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Víctima de un cáncer que lo aquejaba desde hace unos diez años -cuando le fuera detectado- falleció en la ciudad de Buenos Aires, en el Sanatorio Otamendi, a las 6:45 de la madrugada de hoy. Tenía 68 años.

 

Algunos datos para agregar a las crónicas que los diarios de alcance nacional han dado a raíz de la triste noticia y pero mucho para destacar de quien fuera un hijo dilecto de la ciudad y de una región que lo vio crecer y transitarla hasta que, guitarra al hombro, tomó el suficiente impulso para presentarse en el Festival de la Canción en Trujillo, Perú. De ahí su presencia fue constante y pareja. Convocado para el programa de Susana Giménez junto a Beto César para jurado del Festival del Chiste. Cuatro años después de éxito fue convocado para trabajar en Cafe Fashion en TV por Canal 9. Paralelamente trabajó en Chile, Colombia, Ecuador, Venezuela y Uruguay.

En 1994 hizo temporada exitosa en Cataluña, España y Andorra. En 1995 hizo temporada en el Teatro Tabarís de Buenos Aires. Durante 1998 giró por todo el país con Café Fashion, y al año siguiente subió a las tablas del Teatro Metropolitan.

Recibió el 2000 en la temporada de Villa Carlos Paz. Durante 2004 hizo lo propio en Mar del Plata, y en 2006 con la revista de Gerardo Sofovich.

En “Argentina, Tierra de Amor y Venganza” uno de los éxitos de 2019, la historia ambientada en el año 1938, le permitió mostrar su la veta drámática en un desempeño televisivo que le hizo componer el personaje del comisario Benítez. Fue por tres capítulos y quedó en toda la serie.

Volvía a su ciudad y recorría espacios, como los que le brindó Monte Hermoso -allá por fines de los 60 y comienzos de los 70- cuando en guitarreadas o pequeños boliches despuntaba y ensayaba” para lo que iba a ser su carrera artística. El reencuentro con amigos, conocidos y admiradores en general que se acercaban para saludarlo, le hacían revivir en anécdotas épocas de inicio en una sucesión de graciosas anécdotas donde era imposible no contagiarse del buen humor y su bonomía.

Por eso no valen las frases grandilocuentes teñidas de grisáceas funerarias. En todo caso -como dicen los mejicanos- “se nos adelantó”. Y él lo hubiera celebrado…

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